El Pecado del Alquimista 9 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 83

Nathaniel

9 de Febrero – 7:11 AM

Inazuma – Sangonomiya – Pueblo Nala – Casa Deshabitada

Desperté con un fuerte dolor de cabeza, y de caderas. No obstante, cuando contemplé el rostro dormido del adeptus a mi lado, no pude evitar sonreír de forma automática.

Al menos sonreí hasta que comencé a recordar todo lo que había hecho ayer.

Entonces, me incorporé al instante.

-Nathaniel: por los arcontes... -expresé, muriéndome de la vergüenza.

Y me llevé las manos a la cabeza, donde mi cabello rubio estaba completamente despeinado.

-Xiao: hubiera sido mejor que lo olvidaras, pero no has tenido esa suerte –se metió conmigo, con una sonrisilla soberbia en el rostro.

Bajé la mirada y clavé los ojos, concretamente, en uno de sus brazos. No llevaba sus guanteletes, pero... sí aquella pulsera.

"Ay... Ay...", me iba a dar un ataque al corazón.

Cuando se percató de dónde estaba mirando, se sonrojó y escondió su brazo bajo la manta.

-Xiao: ... se me olvidó quitármela y.... –trató de darle una explicación racional, una explicación que no fuera, por lo menos, romántica.

Yo, avergonzado por mis actos, grité:

-Nathaniel: ¡lo siento, fui un idiota! –no podía estar más nervioso, pero me lancé hacia él para cumplir mi cometido cuanto antes-. ¡No te sientas obligado a llevarla, te la quitaré ahora mismo!

Entonces, se dio el forcejeo. Él no permitió que alcanzara su muñeca, me esquivó con perfecta agilidad.

-Xiao: ¡¡no llevaría nada por obligación!! –replicó, malhumorado de buena mañana.

-Nathaniel: lo siento, lo siento, lo siento –suplicaba, insistiendo en quitársela.

Me paró en seco: me estampó contra el colchón, donde logró al fin reducirme.

-Xiao: ¡NATHANIEL!

-Nathaniel: hmmp... -realicé unos ridículos sonidos de frustración.

Por fortuna, ya no podía dar más vergüenza que la que ya había dado aquella noche. ¿O sí?

-Xiao: ... ¿te arrepientes de lo que dijiste ayer? –preguntó de pronto, con un tono entristecido que me asombró.

Sometido bajo su cuerpo y mirándolo desde abajo con estupefacción, sólo pude decir:

-Nathaniel: ¿de qué parte?

Se puso serio:

-Xiao: sabes muy bien a qué me refiero –insistió, dejándome sin aliento.

Y tan pronto como había intentado abordar el asunto, me liberó y salió, rápidamente, de la cama.

"Lo siento, Xiao, pero ya no hay vuelta atrás tras esa frase", pensé y me preparé para pronunciarlo con toda mi firmeza mientras él ahora se vestía, y hacía como si nada hubiera pasado.

-Nathaniel: mi mayor sueño sería pasar el resto de mis días contigo –tenía bien claro, por mucho que pudiera perturbarlo-, pero sé que semejante espectáculo te habrá hecho sentir más que incómodo... Lo siento.

En completo silencio, terminó de vestirse y se dirigió a la puerta.

No obstante, percibí algo en su mirada que me confundió aún más.

"¿Eso era... alivio?", me pregunté, incapaz de procesarlo.