El Pecado del Alquimista 9 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 57

Scaramouche

7 de Febrero – 14:20 PM

Liyue – Profundidades adeptus – Templo de las Gemelas del Destino

Desde que me mordió, su influencia sobre mí traspasó toda comprensión. Con sólo tocarme la frente o a veces incluso sin necesitar un contacto, podía provocarme todo tipo de estados y postrarme a sus pies.

Kairi se había vuelto un monstruo, e incluso yo me había convertido en una de sus presas. Odiaba ser un mero instrumento, pero al menos me quedaba pensar que estaba en manos de una mujer que me quitaba el aliento... en todos los sentidos.

Yo estaba atado de pies y manos en la pared, tal y como la tuve a ella en su momento. Sin duda alguna, se había vengado con creces. Debía admitirlo.

No podía estar más orgulloso de ella.

En la penumbra, escuché de nuevo la puerta abrirse, pero, por primera vez, no era la hermosa adeptus.

-Kazuha: no me das lástima –expuso, nada más encender una de las antorchas.

-Scaramouche: ¿quién quiere tu lástima? –reí, sarcástico.

El samurái, visiblemente enfadado, caminó hasta mi ubicación. Se posicionó frente a mí, donde me miró fijamente.

-Kazuha: ¡¿por qué te marcó?! –gritó, apretando sus ojos carmesí.

"¿En serio tengo que lidiar con su ataque de celos?", suspiré.

-Scaramouche: obviamente soy un buen partido, gusano –no me costó en absoluto responder. Era evidente-. Si busca mejorar su progenie, contigo no lo va a conseguir.

Debí golpear en la herida, porque se enfureció aún más. No obstante, intentó controlarse.

-Kazuha: no... no la vas a tocar –se creyó en el derecho de ordenarme-. Ella es mi...

-Scaramouche: tu chica ya no es tu chica, querido samurái –sonreí, disfrutando aquel momento pese a mi estado actual. Al fin y al cabo, estaba literalmente anclado a una pared-. Ahora tiene buen gusto y piensa ponerlo en práctica conmigo.

-Kazuha: ¿torturándote? –levantó una ceja-. Es una interesante forma de demostrarte que te quiere –ironizó.

Encorvé mi cuerpo hacia delante todo lo que me permitían aquellas cadenas Geo, para alcanzar su oído.

-Scaramouche: metiéndole mi semen hasta lo más hondo –le provoqué un estado alterado de consciencia.

Llevó su mano a la funda de su katana.

Sí, había venido a matarme desde un principio. No obstante, ambos sabíamos que no iba a ser posible, ¡qué lástima!

Ella apareció en el umbral de la puerta, casi de forma súbita.

-Kairi: si lo tocas, esta vez sí te aniquilaré –amenazó al peliblanco.

A mí me dio un ataque de risa:

-Scaramouche: ¡JAJAJAJAJAJAJAJ! –gocé cada uno de aquellos segundos.

¡Su rostro frustrado y destrozado era una maravilla!