Capítulo 10

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Nathaniel

5 de Febrero – 13:48 PM

Inazuma – Sangonomiya – Sanatorio Aki

No sabía cómo tomarme que Xiao hubiese estado tan cerca de atacar a mi tío recién resucitado. ¿Qué se le pasó por la cabeza?

Por supuesto, en aquel día de reencuentro, Däriel me acompañó un tiempo más en el Sanatorio e incluso lo presenté a mis compañeros y a algún que otro paciente que preguntó por él.

"Se nota que amas tu trabajo, Nathaniel", comentó mi tío, con un orgullo que, por supuesto, me llegó al corazón. Incluso la anciana sanadora, quien no era muy dada a las palabras, se aseguró de expresarle a mi familiar lo tan agradecida que estaba de mi presencia allí. Fue un gran día, por mucho que Xiao nos mirara, malhumorado, desde un rincón... de forma constante.

Al adeptus no se le quitó aquel extraño enfado ni ayer, ni hoy. ¡Y ni siquiera estaba ya Däriel! Aún lo mantenía en aquella habitación para tenerlo bajo observación y, en ningún momento, restó un ápice de tensión a su ceño fruncido.

-Nathaniel: Xiao –llamé su atención, mientras anotaba sus constantes vitales de hoy en un cuaderno. Él me miró por un segundo, pero, después, volvió a retirarme la mirada-. ¿Tienes alguna clase de rencor hacia Däriel? –pregunté directamente.

Tal vez no era el mejor momento para ser directo. Sin embargo, si debía esperar a que el adeptus estuviese de buen humor para hablar de aquel asunto, podrían pasar años.

Para mi sorpresa, respondió:

-Xiao: no –expresó de forma seca, mirando a través de la ventana desde su camilla-. No puedo guardar rencor a alguien que dio su vida por salvaros cuando eráis unos niños –parecía recordar tan bien como yo-. Sólo puedo estarle agradecido por ello.

Y hubo un matiz más en sus palabras que me impresionó: no sólo mencionó como una fortuna que salvara a Kairi (como solía hacer en el pasado), sino también a mí.

-Nathaniel: ¿entonces por qué intentaste...?

Me interrumpió rápidamente:

-Xiao: no lo sé –sus facciones se endurecieron aún más.

El ambiente entre nosotros parecía ahora más que tenso, y yo desconocía el motivo.

-Nathaniel: tienes tu propio código y orgullo como el Gran Cazador de Demonios –insistí, con cierta necesidad de indagar en aquello-, así que debes tener una explicación.

-Xiao: no hay explicación –era como charlar con una muralla que ni siquiera me contemplaba.

-Nathaniel: todo tiene una explicación –dejé claro, un tanto molesto por su actitud-. Las marcas y el grave estado en el que te encontraron en esta isla -intenté contener la rabia-, también deben tenerlas, ¿no crees?

Por supuesto le había dado vueltas a aquel tema. ¿Cómo era posible que hubiese acabado tan malherido? ¿Qué fue lo que le ocurrió? Si no guardaba rencor a mi tío, ¿quizá lo confundió con alguien? ¿El "alguien" que le provocó aquel estado? ¡Era una posibilidad!

-Xiao: ... -quedó en completo silencio.

Pero yo no iba a callarme. Estaba demasiado preocupado por él.

-Nathaniel: ¡Xiao! –volví a llamarlo, con un tono de voz serio-. No quería sacar el tema hasta que estuvieses completamente recuperado, pero... de verdad que necesito saber qué demonios te sucedió –solté al fin-. ¿Quién te hizo esas quemaduras?

Se dio un asfixiante silencio, que él no pretendía romper. Y mi angustia por aquella incertidumbre se disparó.

Con cierta malicia por el enfado que yo ahora también estaba sufriendo, dirigí mi mano hacia su tatuado brazo y... le pellizqué con cierta fuerza.

En el acto, se volvió hacia mí para contemplarme estupefacto.

-Xiao: ¡¿qué?! –no se lo esperaba en absoluto.

Ahora que al fin tenía aquellos ojos dorados frente a mí, realicé la pregunta que tanto temía:

-Nathaniel: ¿acaso alguien te está acechando?–interrogué, severo-. ¿Acaso... estás en peligro?

El Pecado del Alquimista 9 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora