El Pecado del Alquimista 9 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 87

Xiao

9 de Febrero – 10:12 AM

Inazuma – Sangonomiya

Hoy era noche de luna nueva. Desde que fui marcado, siempre era capaz de percibir el inminente celo. Pensé en comentárselo a Nathaniel, pero después lo pensé mejor: sólo yo debía encargarme de mis propios asuntos. Por ello, mientras Aoi lo estaba tratando, aproveché para salir del edificio y alejarme del lugar.

Tenía que encontrar la forma de contener aquel maldito maleficio.

Recorrí la isla, buscando alguna zona capaz de apresarme al menos por una noche.

-Xiao: oh... -me pareció ver un objetivo prometedor.

Y allí me aventuré.

***

Nathaniel

9 de Febrero – 18:08 PM

Inazuma – Ciudad de Inazuma – Ryokan Kowasu

Desde que salí de aquella habitación, perdí completamente de vista a Xiao. Le pregunté a la anciana al respecto y me dijo que "se había ido a autocompadecerse por ahí". Lo traduje en que quizá el adeptus necesitaba un tiempo a solas, tras todo lo que había sucedido entre nosotros.

Y, al final, decidí marcharme una hora antes del atardecer. Al fin y al cabo, había pasado la noche fuera sin avisarles a mis padres de ello debido a la distancia, así que al menos debía tener una charla para comentarles que... pese a que hubiese dejado aquel palacio atrás, quizá seguía pasando noches fuera con normalidad.

-Aria: ¡oh, cariño! –mi madre me recibió con notable calidez cuando aparecí en el Ryokan-. ¿Dónde estuviste anoche?

-Nathaniel: emm... -no sabía muy bien cómo contestar.

Pese a mi mutismo, ella lo captó al instante.

-Aria: entiendo, entiendo –le agradecí enormemente.

Mi padre no tardó en salir de su habitación para también recibirme, aunque con no tan buen humor:

-Albedo: ... yo también entiendo –expresó, conteniendo su enfado.

Tomé asiento junto a mi madre en aquel kotatsu y me dispuse a dar inicio a la charla.

-Nathaniel: lo siento, no quería preocuparos –me disculpé de primeras-. Me invitaron a un festival y... bueno... en Sangonomiya me ofrecieron una casa temporal donde poder quedarme.

-Aria: ¿te divertiste? –preguntó, sonriente, con buenas intenciones.

"Demasiado...", recordé hasta mi borrachera con bastante vergüenza.

-Nathaniel: sí –acepté.

-Aria: eso es lo importante –acarició mi cabeza, lanzando un mensaje indirecto a mi padre con aquella misma frase.

Habían invertido papeles. Cuando me independicé en su día, fue mi madre quien ponía obstáculos para ello. No obstante, mucho había cambiado desde entonces.

Ahora ella era feliz.

-Albedo: hoy te quedarás en casa de Däriel –anunció, de pronto, con los brazos cruzados. Debió pillar el mensaje de su... ahora pareja, para mi alegría-. Y es mejor que te vayas yendo ya –advirtió, serio.

No lo comprendí. Por muy enfadado que estuviera, mi padre no me echaría de aquella forma tan firme de su lado.

-Nathaniel: ¿por... por qué?

-Albedo: hoy es noche de celo, Nathaniel.

-Nathaniel: ¡¿QUÉ?!

Me levanté y salí corriendo.