Däriel
6 de Febrero – 19:55 PM
Inazuma – Montaña Yougou
El cuerpo de Albedo temblaba, tuve que ayudarle a incorporarse. En su mirada pude comprender más el contexto de lo ocurrido: le era imposible ocultar su pánico. Y era ahora mutuo.
Aquello se nos había ido de las manos, y yo no era más que un recién llegado con la información justa. ¡Pero menuda información!
-Albedo: ella no quería... -intentó defenderla en cuanto pudo recuperar un hilo de voz.
Dadas las circunstancias, más me valía ser directo:
-Däriel: sé con quién está Nathaniel, y no es con la Arconte –fui lo más serio posible, para que comprendiera que estaba al tanto y que, por supuesto, me tenía preocupado.
-Albedo: oh... -parecía que se iba a desmayar.
Había sido demasiado para él lo acontecido más aquel añadido, así que lo cogí de un brazo para que mantuviera el equilibrio.
-Tartaglia: ¡¿alguien me puede decir de una vez quién demonios es el tan horrible amor de Nathaniel?! –inquirió, desesperado-. ¡Me va a dar un infarto imaginándome de todo!
-Däriel: ... no sé si es el momento –suspiré.
-Tartaglia: un hombre viejo y horrible que quiere mantener su relación bajo secreto –comentó algunos detalles que sí conocía-. Un hombre cuya relación con Nathaniel es tan impactante que puede hacer enloquecer a mi niña...
-Däriel: ... Tartaglia -quería hacerlo callar.
Pero seguía, determinado a saberlo en aquel mismo instante.
-Tartaglia: alguien que ha llevado a Kairi a intentar someter íntimamente a su querido tío... -manifestó, haciendo palidecer aún más al pelirrubio-. ¿Qué tan oscuro puede ser? –lanzó una pregunta al aire, quedándose pensativo-. ¡Oh! .... –pareció llegar a algo-. No, no puede ser –lo descartó de inmediato-. O sí... ¡No! –volvió a descartar-. ¡No, no....! ¡NO! –y empezó incluso a palidecer también.
Quizá había llegado a la conclusión acertada.
Se volvió hacia mí y me miró con terror:
-Tartaglia: dime que... no es Xiao, ¿verdad? –trató de reír, aunque de forma demente-. ¡Qué estupideces pienso! –aumentó el número de carcajadas nerviosas.
Nuestro silencio otorgó, y le dio su ansiada respuesta.
Entonces, una voz femenina nos heló a los tres:
-¿?: ¿pero qué hacéis aquí los tres?
***
Däriel
6 de Febrero – 19:58 PM
Inazuma – Montaña Yougou
En plena revelación de Tartaglia, conmoción de Albedo por aquel intento de forzarlo y mi propia turbación por todo; Aria apareció ante nosotros.
-Aria: ¿estabais buscando a Kairi también? –preguntó, dubitativa-. Espera... ¡Al! –clavó su mirada en su habitual objetivo-. ¡¿Por qué estás sin botones?!
Sí, definitivamente Albedo se iba a desmayar. Y yo sería el siguiente.
No obstante, para sorpresa de todos, quien reaccionó fue Tartaglia. Pese al shock que estaba viviendo hace unos segundos, cambió su rostro por completo y se volvió hacia Aria.
-Tartaglia: ¡no hay forma de encontrarla! –suspiró, fingiendo frustración, en una perfecta actuación-. ¿Dónde se habrá metido?
Mi hermana corrió hacia su gran amor y lo evaluó con preocupación. Sin duda alguna, su imagen era inquietante ahora mismo.
-Aria: Al, ¿qué te ha pasado? –inquirió, mientras tomaba sus mejillas-. ¡Estás helado!
-Tartaglia: este idiota estaba buscándote a ti y se cayó por una pendiente de por aquí, fastidiando hasta su camisa de un tirón con una rama –mintió de nuevo, dándome un respiro que agradecí inmensamente.
Mientras Albedo y yo estábamos fuera de combate, el pelinaranja salvó la situación. Y lo hizo con éxito:
-Aria: ¡mi pobre Al! –lo abrazó, tras acariciar varias veces su rostro. Su calidez pareció devolver algo de vida a su antes gélido rostro-. Te llevaré al Ryokan, te darás un baño caliente y te coseré los botones, ¿vale?
La pareja se marchó y, asombrándome más, Tartaglia no los vio marchar. Mantuvo su vista fija en mí.
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El Pecado del Alquimista 9 [+18] (Genshin Impact)
Hayran KurguNovena parte de El Pecado del Alquimista. Cuando el amor verdadero llama a la puerta, no hay cerrojo que se le resista.