Capítulo 40

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Después del reencuentro que tuve con todos, mí descanso había terminado. Quería completar mis recuerdos de una vez por todas.

Mis recuerdos habían vuelto de a poco, mis padres, hermanos y familia, recuerdos de la niñez. Todos volvieron aclarando mí mente. Aunque los últimos recuerdos aún estaban incompletos, por eso debía seguir con la máquina, de esa manera podía enfocarme en un recuerdo específico, eso era lo que necesitaba ahora.

— ¿Preparada? — Preguntó Félix detrás del monitor.

— Preparada. — Afirmé.

Comencé a sentir mí cuerpo relajado, poco a poco podía sentir como me dormía y despertaba en mis recuerdos.

— ¿Estás saliendo con Kalil? — Preguntó Luzbel.

— Shh no grites. — Luzbel tenía un tono de voz casi tan fuerte como el mío. — Si.

— ¿Hace cuánto? — Preguntó Dhalia igual de sorprendida.— ¿En qué momento?

— Hace casi un mes. Bueno pasábamos mucho tiempo juntos, nos conocimos mejor y las cosas se fueron dando.

— Ahora entiendo porque tienen tiempo encerrados "entrenando". — Dijo Luzbel riendo.

— Ja ja que graciosa. — Respondí con mis mejillas rojas.

— ¡Se puso roja! No lo puedo creer. — Dijo Luzbel mientras picaba mis mejillas.

— Basta no seas idiota. — Saque su dedo de mí mejilla. — No estoy roja.

— Si estás roja. Eso es nuevo. — Río Dhalia.

— No se puede hablar de nada serio con ustedes.

Luzbel miro fijo a Dhalia, ella la miro confundida.— Creo que la única sin interés amoroso soy yo. ¿Dhalia por qué no nos hablas de el chico con linda sonrisa?

— ¿Malik? Él y yo solo somos amigos, nada más, él es muy molesto. No somos para nada compatibles, le encanta hablar y es muy dulce con todo el mundo. — Dhalia respondió a la defensiva.

— Dios por qué lo niegan si se ven súper lindos. — Dije mientras reía.

Lo decía en serio, ellos no eran para nada iguales. Ella era reservada e introvertida, con un carácter bastante agrio. En cambio él era todo risas y amabilidad, siempre tan sociable y servicial con todos. Nadie tenía nada malo que decir de Malik.

Lo conocía por ser el mejor amigo de Kalil.
Tuvimos varios encuentros y siempre fue muy amable y respetuoso. Era imposible no querer a ese chico, desde el momento uno que te hablaba ya ganaba tu corazón.

— Yo lo apruebo. Creo que es un chico muy bueno, Kalil también aunque es más serio.— Expresó Luzbel. —  Sabemos muy bien que mí juicio nunca se equivoca.

— ¿Gracias? — Dije riendo.

— Es en serio, ustedes están idiotizadas por amor. No pueden ver si hay algo malo, mí deber como amiga es ver si son buenos o no. Y los apruebo.

Antes que pudiera responder algo, un guardia real de Freydis se presenta en el salón.

— Mi reina quiere verlas en el salón del druida.— Una vez nos dijo eso se marchó.
Las tres nos pusimos nerviosas. Siempre esperábamos lo peor, aunque no sabíamos el por qué.

— ¿Alguna hizo algo malo? — Preguntó Luzbel.

Dhalia y yo negamos.

El camino fue una tortura, me imagine miles de cosas que nos iba a decir, por supuesto todas malas.

Resistencia #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora