Capítulo 9

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— ¿Estás nerviosa? —Preguntó Nilo.

— Un poco. — Respondí guardando mis armas.

El sonrió y se acercó para que solo yo pudiera escucharlo.— Se que no recuerdas mucho, pero ni yo ni Abel dejaríamos que algo te pasara.

— Gracias. — Dije sonriendo.

Por algún motivo estar cerca de ellos me transmitía mucha seguridad, con el grupo de Sam las cosas eran diferentes, les tenía apreció pero no era la misma familiaridad que sentía con mi gente. Ese sentimiento me dejaba tranquila, quizás no recordaba pero me sentía muy cómoda con Nilo y Abel, lo mismo que con Kate, desde el primer momento en que los vi supe que podía confiar en ellos. Para mi poder confiar en alguien era un logro único, todo me parecía razón para desconfiar.

— ¿Siempre que salen se encuentran con algo? — Pregunté en dirección a Nilo.

— Naaa, no siempre.— Dijo mientras me guiaba por un pasillo. — Muchas veces es muy aburrido.

— ¿Por aburrido te refieres a seguro?

— Por dios Aurora antes eras mas divertida. — Dijo rodando los ojos.

— Bueno eso es porque ya no soy más Aurora. — Dije seria

— ¿Entonces quién eres? — Preguntó en broma.

— Rätsel. — Respondí.— Estaba muy desesperada por recordar algo de mi, por descubrir qué tipo de persona era. Perdí mucho tiempo intentando ser alguien que no puedo volver a ser.

— Creo que eres la misma Aurora de siempre.

— Créeme, no tengo nada en común con la antigua Aurora.

— Me niego a creerlo. — Dijo Nilo cruzándose de brazos, cortándome el paso.— Exijo que me digas una diferencia, entre Aurora y Rätsel.

— Aurora era la chica buena que confió en la persona equivocada, Rätsel es la chica que va a matar a esa persona y a cualquier persona que esté en su contra.

Como no obtuve respuesta lo hice a un lado y seguí con mi camino.

— Amo esta nueva versión tuya. — Dijo Nilo corriendo a mi lado. — Amo como eres en serio, siempre fuiste un sol con todos, pero la empatía nublaba muchas cosas. Me gusta que estés decidida a no dejarte cegar por tu bondad.

— ¿Gracias? — Dije sin saber qué decir.

— Aunque creo que seas Rätsel o Aurora, no cambie lo poderosa que eres. — Dijo sonriendo.— Y aunque no lo creas, tampoco cambia el enorme corazón que tienes.

— ¿Eso qué significa? — Pregunté confundida.

— Creo que todo esto te ayudó a no ser tan ingenua, la nueva Rätsel es mucho más calculadora y menos confiada, lo cual me parece increíble. Pero hay cosas que no cambian, siempre fuiste buena eso no puedes cambiarlo. Una vez que recuperes tus recuerdos, volverás a ser el sol que todos amaban. Con la diferencia, que esta vez si sabrás lastimar.

No supe qué responder, tampoco tuve tiempo. Llegamos al lugar acordado, habían al menos 20 hombres y mujeres armados, todos preparados para salir.

El viaje en los autos fue silencioso, mi mente no dejaba de pensar en las palabras de Nilo. Cuando escucho todas esas historias acerca de mí y de lo que hice, me siento como una extraña incapaz de poder hacer o sentir lo mismo. Quizá Nilo tenga razón, solo tengo que recordar, todo lo que viví, mis recuerdos y pasado son lo que me hicieron llegar a ser la Aurora que todos admiran, y a la que tienen miedo. Si ahora no soy esa chica, es porque no recuerdo las cosas que me cambiaron. El único sentimiento que recuerdo, es la ansiedad, la paranoia y el miedo constante, eso fue lo que me hizo Rätsel.

Mire en dirección a Nilo, estaba hablando con Abel, ambos se sonreían, en su mirada se podía notar una admiración, por parte de los dos. Eso me puso triste, me recordó a la manera en la que yo miraba a Kalil.

Quería saber de él, quería saber como nos conocimos, como nos enamoramos.

— ¡Cuidado! — Gritó Abel.

El auto frenó de golpe, logrando que este se volcara en el aire.

El impacto fue muy doloroso, en el auto íbamos cinco personas, todos teníamos cinturón, por lo que nos quedamos de cabeza.

— ¿Todos están bien? —Preguntó Abel.

— Si. — Respondimos todos.

— Bien, voy a salir y luego los voy a ayudar a ustedes.

— Cuidado con los vidrios, trata de caer con la cara cubierta. — Dijo Nilo.

El auto estaba destrozado, empezamos a salir rápido, todos tenían alguna herida pero nada grave.

— ¿Qué pasó? — Pregunté confundida. — ¿Dónde están los otros autos?

— No puedo contactarme con nadie.—  respondió Abel.— Estén alertas, hay enemigos cerca.

— ¿Puedes sentirlos? — Pregunté alarmada.

— No, pero no creo que la persona que nos hizo esto sea nuestra amiga. — Dijo mientras sacaba sus armas. — Nilo quiero que te quedes a su lado, no te despegues de ella ni un segundo.

Caminamos por el mismo camino por una media hora más, hasta que encontramos uno de los autos abandonados.

— Nick, necesito que hagas andar este auto. Nilo y Aurora se encargan de cuidarlo a él. Los demás vengan conmigo.

Con Nilo vigilamos que nadie se acerque al auto, alertas.

— ¿No están tardando mucho? — Pregunté preocupada. — ¿A dónde fueron?

— Fueron a revisar el perímetro. Este auto no está aquí por casualidad, nuestra gente puede necesitar ayuda. — Dijo Nilo. — Tranquila mi chico sabe lo que hace.

No quería insistir más, pero tenía un mal presentimiento, así que me aleje de él para poder usar mi proyección, si ellos estaban cerca yo podía encontrarlos.

Me adentre al bosque unos metros, hasta una cabaña vieja y abandonada.

Al principio no veía a nadie, hasta que llegué al sótano, pude ver a muchos de los nuestros inconscientes, incluído Abel. Lo que no me esperaba era ver a uno de los seres oscuros, nublando la visión del lugar.

Resistencia #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora