No hace falta decir que la fiesta terminó tremendamente mal, al menos para mí. Desde que Abril atravesó la puerta y se esfumó Dios sabe a donde, después de dañarme el polvo y tumbar al piso el escaso ambiente festivo que había logrado reunir, lo único que pude hacer fue encerrarme en mi habitación y ponerme los cascos con Drake a todo volumen para evitar escuchar todo el bullicio y la alegria que habia fuera de mi puerta hasta que pude quedarme dormido.
Gracias al cielo no la tuve dándome lata entre sueños, así que después de seis horas de descanso y sueño reparador, me levanto sintiéndome completamente decidido a cortar con aquel rollo bizarro completamente de raíz. La pregunta era:
¿Como carajos iba a lograrlo?
Después de una búsqueda de cinco minutos en Google he dado con un sitio religioso con un par de experiencias paranormales y demoníacas que habían sido solucionadas con la magia de las camándulas y del santo rosario. La verdad todo suena un poco teatral, pero según la usuaria @Ruth_amantededios24 después de rezar los misterios dolorosos por treinta y seis horas seguidas el demonio que habitaba su casa se había ido al fin, digo, no lo culpo, escuchar tanta lata aburre a cualquiera. Así que, si eso es lo que tengo que hacer para deshacerme de Abril, más me vale empezar de una vez.
Encuentro una camándula sepultada en una caja en el fondo de mi armario de las cosas que mi madre había empacado para mi antes de mudarme a la ciudad y empezar mi vida universitaria, pero que jamás pensé que usaría, ni en un millón de años. Sin embargo, aquí estoy con la camándula en la mano y los misterios gozosos listos en la pantalla del móvil para empezar a leer.
—¿Debería rezar primero, tal vez? —Hablo en voz alta, inseguro de estar haciendo esto de la manera correcta. No he tocado una de estas desde que mi abuela murió hace casi cinco años, sin mencionar que no he hablado con Él desde hace mucho más tiempo del que puedo recordar.
—No, creo que es mejor salir de esto de una vez. —suspiro luego de un rato y sin darle más vueltas al asunto empiezo a leer lo que había en la pantalla mientras pasaba cuentas una y otra vez.
—Creo que esto no está funcionando. —Maldigo sin ni siquiera terminar la primera ronda e imaginándome haciendo lo mismo una y otra vez por casi dos días seguidos. Si Abril no se iba después de tanta lata, seguramente me iría yo... Pero a tirarme de un barranco.
Empiezo a evaluar mis otras posibilidades; No puedo traer un cura, todos me tildarían de loco más de lo que ya lo hacían desde ayer. No puedo pedir un cambio de habitación porque estoy seguro de que ella me seguiría a donde fuera, como una maldita lapa fantasmal. No podía decirle a nadie, porque a duras penas la recordaban estando viva.
Solo hay una opción. Tengo que hablar con ella. Tengo que volver a oírla después de casi un año y después de haber saltado casi cincuenta de sus llamadas al sistema correo de voz, pero, situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas y a decir verdad yo ya estoy al borde de un colapso.
Pongo el Skype y abro su contacto poniendo el cursor junto al botón de llamar con las manos temblorosas y llenas de sudor. Inspiro profundo y cierro los ojos antes de soltar todo el aire, buscando toda mi fuerza y calma antes de decidirme a presionar el botón.
Justo cuando estoy por dar el maldito clic la ventana emergente de una llamada entrante me sobresalta. Es ella. Como si supiera que la iba a llamar. Claro que lo sabe.
—¡Angelito, mi vida! —Chilla ella invadida por la emoción y veo a través de la cámara cómo le tiembla el labio inferior. —¿Qué ocurre, mi cielo? ¿Por qué me llamaste? —Pregunta emocionada y preocupada a niveles descomunales.
—Bueno, mamá. A decir verdad, tú me llamaste. —Le digo apenas encontrando mi voz.
—Por favor mi vida, son solo detalles. Sentí que algo andaba mal y que te estaba costando lo tuyo reunir valor para llamarme. —Sonrío ella con suficiencia y maternidad.
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El Cielo De Abril [TERMINADA]
Teen FictionPara Abril, ser un alma en pena no está tan mal, pues incluso estando viva era invisible. Lo que realmente la cabrea es que el único que pueda verla y que puede ayudarla a llegar a la otra vida, sea Ángel; un cabeza hueca a quién no podría importar...