No tengo estrés. El estrés me tiene a mi, y junto con la ansiedad y la frustración me tienen sometida en el piso agarrandome a patadas. Son más de las cinco de la mañana y es como si a Ángel se lo hubiera tragado la tierra, pues lo he buscado hasta debajo de las piedras y no lo he podido encontrar. Desde que salió de prisión como alma que lleva el diablo y decidió bloquearme no he sabido nada de él y honestamente tengo miedo de que le haya pasado algo malo, pues cuando salió no estaba en sus cabales, por así decirlo.
—Maldita sea, Angel. Por favor no me hagas esto. —Llego de un salto a la azotea del edificio de psicología en busca de un punto de vista más amplio pues la vista del campus que ofrece es fantástica y necesito localizarlo donde sea que esté, suponiendo que está en la universidad, claro.
Escaneo lugares estratégicos; la plaza ché, el patio del edificio de ciencia y tecnología, la casa de su fraternidad, pero no veo absolutamente nada, hasta que:
—No te creo. —Hipan a mis espaldas y me giro para ver un montón de latas de cerveza vacías y los cuerpos ebrios de nada más y nada menos que Leonard y Angel sentados sobre el pequeño jardín exterior de la azotea, arruinando los geranios y las petunias, ignorando el cartel enorme que dice "no sentarse".
—T-te dije que... —Ángel hipa y se apoya en el hombro de Leonard, hablando como si le estuviera confesando un gran secreto —Que mantuvieras la mente abierta.
—¿Ves gente muerta? ¿Como el niño de sexto sentido? —Pregunta Leonard con la lengua enredada y Ángel asiente exageradamente con la cabeza.
La escena es completamente surreal, el sol ha empezado a levantarse tras sus siluetas que se balancean producto del frío y la borrachera mientras ellos hablan de mí como si tuvieran algún derecho a hacerlo.
Aprovechando que no he sido descubierta los detallo sin prisa. Angel es todo un sueño adolescente; alto, de cuerpo atletico y musculoso, vestido con su popular chaqueta de cuero, jeans grises y tennis negros, con un maravilloso cabello castaño de brillos dorados por el sol, unos ojos azules y profundos como el oceano a plena luz del día, enmarcados con sus espesas cejas y pestañas, nariz recta y unos jugosos labios rosados que dan ganas de... en fin.
Pero Leonard es básicamente todo lo contrario; cabello negro como la noche con algunas canas en el nacimiento de su cabello, ojos marrones que lucen aterradores y calidos a partes iguales, nariz aguileña y labios finos, alto y delgado atletico con un estilo elegante y sobrio como todo un profesor. Aunque ahora su belleza clásica es opacada por un labio partido, un ojo morado e hinchado, la ceja cortada, el tabique destrozado y un cabestrillo que sostiene su brazo derecho fracturado.
Juntos son como el yin y el yang, pero no sé cual de los dos pertenece a la luz y cual pertenece a la oscuridad y me da miedo averiguarlo porque me siento atraída hacia ambos lados a partes alarmantemente iguales.
Pero estoy harta de huir, harta de darle la espalda a todo lo que represente una alteración a mi escasa salud mental, además, ¿Qué es lo peor que puede pasar si decido hacerles frente? ¿Morirme?
Decido salir de mi escondite.
—Solo puedo verla a ella, es como una maldición. —Se frota los ojos con desespero y cuando los abre, levanta la vista, encontrándome frente a ellos.
—¿Qué es todo esto, Ángel? —Pregunto incrédula. —Hace ocho horas ibas a matarlo, ¿Y ahora son mejores amigos?
Me cruzo de brazos, exigiendo una maldita explicación.
—¿Qué te hace pensar que tienes derecho a hablar de los muertos? —Pregunto, siendo ignorada olímpicamente. De nuevo.
—¡Mira nada más, Abrilcita! ¡Bienvenida a nuestra reunión! ¿Quieres una cerveza? —Pregunta y levanta una lata, casi vacía. —Lo siento, creo que ya se acabaron. —Vuelve a poner la lata en el piso haciendo un puchero.
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El Cielo De Abril [TERMINADA]
Novela JuvenilPara Abril, ser un alma en pena no está tan mal, pues incluso estando viva era invisible. Lo que realmente la cabrea es que el único que pueda verla y que puede ayudarla a llegar a la otra vida, sea Ángel; un cabeza hueca a quién no podría importar...