Cierro mis ojos mientras el sonido de los primeros acordes de la batería y el bajo suenan suavemente en la vieja grabadora que tengo sobre el escritorio, y casi al mismo tiempo la colcha bajo mis piernas desaparece, llevándome a un lugar donde no estoy segura de querer estar.
No sin él.
—¿Angel? —Detengo la visión y me concentro en el ahora por un par de segundos. —Ven conmigo. Por favor.
Él asiente y rápidamente se acuesta sobre mi cama cerrando los ojos.
—¿Qué haces? —Lo miro entre divertida y exasperada, pues aunque su cabeza esté pegada al cabecero los pies le sobresalen al otro lado del colchón, haciendo que mi cama se vea diminuta comparada con él.
—Shh. Dame un minuto. —Susurra abriendo un ojo, solo para volver a cerrarlo y acomodar su cabezota sobre la almohada. Un par de segundos después está roncando suavemente.
¿¡Se quedó dormido!?
Estoy apunto de darle un almohadazo en la cara, cuando veo su alma desprenderse de su cuerpo, sentándose sobre la cama.
—Hola. —Sonríe y se desprende de su cuerpo por completo, sentándose de nuevo junto a mi.
—Es muy surreal esto, ¿Sabes? —Alterno la vista entre él Ángel que tengo al frente y el Ángel que ronca como un mastodonte atrás de mi.
—He estado practicando mis habilidades de brujo. ¿Qué opinas?
—Es impresionante. —Admito. —Ahora hay dos tus. —Suelto sin pensar y miro de nuevo al Ángel dormido sobre mi colcha, mordiéndome el labio. Ni en mis más locos sueños imaginé ver a Ángel Marsans en mi cama.
—Si, ¿Porque? ¿Quieres hacer un trío? —Avanza hacia mí como un león acechando a su presa y suelta mi labio con su pulgar, dándome una de sus miradas pícaras.
—Ay, callate y concéntrate ¿Si? Se supone que es un momento serio y sales con tus cachonderias. —Le doy un codazo y él suelta una risita, acomodándose en su sitio.
—Tenía que intentarlo. —Levanta las manos en señal de defensa pero sin abandonar esa risita socarrona.
—Angel, basta. Esto es importante. —Lo reprendo, pero es inevitable soltar una risita.
—Está bien. —Se pone en modo serio y extiende su mano con los dedos abiertos para que entrelace mis dedos con los suyos. Lo hago sin dudar. —¿Estas lista?
—Para nada. —Admito, pero es demasiado tarde. La canción empieza a repetirse por segunda vez y los acordes nos arrastran a la oscuridad.
No me voy a mentir a mi misma, estoy acojonada, tengo los ovarios de corbata y las lágrimas están escosiendome los ojos, pero Ángel me da fuerzas, me hace sentir capaz de todo. Respiro profundamente y antes del segundo coro el ambiente tras mis párpados cerrados cambia de manera abrupta e innegable frente a mi, pasa de ser oscuro y tranquilo a uno bien iluminado, con aroma a verbena y libros viejos.
—Abre los ojos. —Me pide Angel amablemente, dándome un apretón ligero en el muslo con su mano libre.
—No quiero. Estoy muy nerviosa. —Susurro y apreto los párpados con más fuerza.
Estoy a punto de entrar en pánico cuando escucho el sonido de una puerta, azotándose con violencia, obligándome a abrir los ojos de golpe.
—¿Qué demonios haces aquí? —Pregunta una voz grave y profunda, cargada de cólera desmedido.
La visión sigue siendo borrosa, el espacio, los muebles y el ambiente en general se van presentando frente a mis ojos como si el humo de un cigarrillo se estuviera concentrando en un solo lugar. Lo único constante sigue siendo la voz ronca y sentida de Amy Winehouse que suena en el fondo y sé que en parte es culpa mía. No estoy segura de querer ver esto, pero sé que necesito respuestas, así que me fuerzo a mi misma a enfocar mis ojos en la dirección de donde proviene la voz para ver lo que sea que esté a punto de pasar como si estuviera en una película de terror.
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El Cielo De Abril [TERMINADA]
Teen FictionPara Abril, ser un alma en pena no está tan mal, pues incluso estando viva era invisible. Lo que realmente la cabrea es que el único que pueda verla y que puede ayudarla a llegar a la otra vida, sea Ángel; un cabeza hueca a quién no podría importar...