El Cielo De Abril [TERMINADA]

Capítulo 30: "Gonorrea" (Angel)

Los padres de Abril son encantadores, realmente encantadores. Su madre, Aurora es una mujer alta y de cabello negro, con pomulos marcados, una sonrisa calida y una capacidad impresionante para hacer bromas que no encajarían con el sentido del humor de la mayoría de las personas, así que ya sé de donde ha sacado Abril ese atributo. Por otro lado, su padre, Germán es un hombre algo más moreno, con una calvicie que le da cierto aire de experiencia y una sonrisa chispeante que tristemente no toca del todo sus ojos. Al principio mantiene su actitud de: Es mi casa, es mi hija y nadie es digno de ella. Como si aún pudiera sentirla de alguna manera, como si la estuviera protegiendo de mí y aunque tiene toda la razón, decido intentar ganarmelo por otros medios, así que cuando empezamos a hablar de fútbol sé que lo tengo en la palma de mi mano.

Es una velada realmente agradable, tanto que me sorprendo a mi mismo prometiendo visitarlos el día de las velitas, o en año nuevo para pasar de nuevo tiempo con ellos. A decir verdad nunca imaginé que pudiera llegar a ser el tipo de chico que busca aprobación de los padres de la chica a la que se está tirando, pero al parecer la versión de mí que veo en el espejo últimamente es muy diferente a lo que pensé que realmente era, porque: uno, las cosas con Abril no habían ido más allá de un beso y estaba enganchadisimo, y dos, en serio quería compartir con sus padres, porque haciéndolo podría también tenerla cerca de mi. Sé que sueno como un imbécil enamorado, y si, lo estoy, locamente, pero por favor no le digan a nadie, arruinaría mi reputación.

El cuarto que me han compartido está ubicado en la primera planta, en la parte de atrás de la casa, un poco oculto y oscuro, pero a decir verdad con un colchón me hubiera bastado, ya que solo necesito dormir, aunque estoy tan ansioso que a duras penas puedo lograrlo. Me tiemblan las manos y tengo un hormigueo en el pecho que me mantiene alerta, pero después de casi una hora y treinta gotas de valeriana concentrada (mi nueva mejor amiga) me encuentro sentandome en la cama, sintiéndome liviano y con la mente adormecida, pero con todos mis sentidos completamente alerta.

Me pongo de pie con lentitud, porque hacer esto me marea, pero en cuanto giro y me veo a mi mismo roncando como un bulldog francés, incluso con el cachete aplastado sobre la almohada y un hilo de saliva cayendo suavemente sobre la almohada. Que horror. Al menos Abril no me está viendo así, sino ya estaría burlándose de mí.

Sin detenerme más tiempo del necesario a verme a mí mismo roncando como una marmota me aventuro hacia el pasillo y hacia las escaleras que dan al segundo piso. El ambiente es denso, cargado de una atmósfera tensa y silenciosa, tanto que por un breve instante me permito pensar que Abril ha huido de mí con tal de no verme, y la verdad no se me haría raro pues después de que su padre llegara ella se había esfumado y no la había visto desde entonces.

¿Y si en serio no quería verme ni en pintura?

¿Y si le había incomodado que estuviera con sus padres?

¡Dios! ¿Es que en serio podría encontrar una manera de ser más imbécil?

—¿Abril? —La llamo pasito cuando llego a su puerta. Lo sé porque es la única puerta blanca en toda la casa y porque tiene una calcomanía que dice "El arcoiris no existiría sin un poco de lluvia" con letras cursivas y coloridas, pegada de manera descuidada junto a la perilla, casi oculta bajo el marco, como si la hubiera cargado con dos dedos por toda la casa buscando el mejor lugar para deshacerse de ella y en vez de ponerla en la basura la hubiera puesto ahí como diciendo: Mira lo que hago con tu positividad tóxica.

Ella no responde.

—Abril, soy Angel. —Digo de nuevo y quiero maldecirme casi de inmediato, pues claro que soy yo, imbécil.

Nada.

Decido que si sigo parado allí detrás de su puerta implorando por un par de minutos de su tiempo me voy a quedar ahí por toda la eternidad, así que usando las ventajas de estar en un plano astral me aventuro a borrar las barreras físicas de la humanidad... atravesando la madera blanca.