Capitulo 16- Fez y yo

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Este capítulo tiene cierto contendido sexual. A quien le moleste o lo que sea, que no lo lea.
Ese beso fue indescriptible. Sus labios devoraban los los míos y los míos, los suyos. Nuestros cuerpos estaban pegados. Me senté encima de él. Puso sus manos en mi cintura como la última vez. Él besó mi cuello con calma y ardientemente. Cerré los ojos y solté un leve gemido ante sus labios contra mi piel.
Le desabroché la camisa.
- ¿Quieres hacerlo aquí? Nos van a ver.- susurró él.
- Vale. Mejor no.- Mierda. Me había quedado con las ganas. Él me volvió a besar. Yo le besé y después me recosté senté entre sus piernas mirando al horizonte;
al mar.
- Bueno, si quieres podemos hacer otra cosa...- me susurró al oído otra vez.
- ¿Aquí?
- No. En mi casa. Pero, tampoco quiero estropear el momento.
- Da igual. Estamos bien así.- dije poco convencida.
Él me abrazo por detrás. Adoraba sentir como me protegía, su amor, su cariño... Igual no sentía tantas cosas como yo hacia él mas quise pensar que sí.
- ¿Por qué te gusta tanto el mar?
- Pues... por qué me da una sensación de calma increíble. Además me gusta mucho nadar y hacer surf. Cuando estoy ahí se me olvidan todos mis problemas. Simplemente me evado de la realidad.
Somos yo y el mar.- el me miró y me besó.
- A mi también me gusta. Igual no del mismo modo pero... es verdad que venir a la playa es uno de mis planes favoritos.- declaró él. Yo le besé aún con más intensidad. Entonces él me echó hacia atrás. Quedé tumbada en la toalla y él encima. Se puso a un lado para no aplastarme demasiado. Yo era muy pequeña en comparación con él. - Me gustas mucho Sira.
- Es imposible que te guste más de lo que tú me gustas a mi Fez.- arrugué la nariz. Él se rió.
- Eres preciosa.- volvió a besarme, esta vez, más lentamente. Subió con una mano de mi cadera a mis pechos. Él estaba tumbado a mi lado. Luego nos sentamos.
- Si me pongo así nadie nos ve. ¿No?- añadí un poco nerviosa. Lo cierto es que estábamos cerca de una cueva y vaya que no había ni el tato. Y por el otro lado a no ser que estuvieras en la playa no nos iba a ver. Estábamos muy pegados a lo que es la roca. Entonces desde arriba tampoco nos verían. Si que era un buen sitio. A ver, no nos íbamos a poner al descubierto. Tan tontos no éramos.
- Espero que no.- me empezó a besar el cuello y a subís sus manos por debajo de mi blusa.- Joder.- gruñó él.- Eres perfecta.- acarició mi abdomen. Yo sentí un placer intenso. Quería más. Subió hasta la copa de mi sujetador e intentó desabrocharmelo sin éxito.
- Espera, ya lo hago yo.- me lo quité sin la necesidad de quitarme la blusa.
- Ya eres toda una experta.
- Como para no...

- Como para no

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- También.- comentó él volviendo a la carga. Noté sus grandes manos agarrando mis pechos. Empezó a masajearlos en círculos.- ¿Te gusta?
- Si.- dije entrecortadamente. Justo en ese momento pellizcó mis pezones.- Ah.
- Te van a oír.- dijo en modo advertencia.
- Pues tápame la boca.
- No voy a hacer eso.
- Es que si no es...
- Vale...- añadió él rendido. Bajo con su mano da mi
intimidad a la vez que seguía estimulando mis senos. - Bájate un poco los vaqueros.- le hice caso.- O si no quítatelos. Hay mucha gente que se está bañando en ropa interior.- Vi a gente que incluso estaba allí haciendo topless. De fábula. Pues nada espero que no me viera nadie. Para eso era muy pudorosa.
Empezó a hacer círculos estimulando mi clítoris. Sabía como tocar y donde, cosa que me sorprendió mucho ya que otros tíos te masturban y vamos... no tienen ni puta idea. Eso sí se creen que lo están haciendo genial. Hay veces que hasta me han llegado a hacer daño. Pero bueno, he fingido que me había gustado. A veces la sociedad te inculca a hacer diversas cosas que sabes que no tienes por qué hacerlas pero las haces para satisfacer a los demás.
Para que no te miren mal. ¿Por qué seguimos fingiendo? No siempre hay que complacerlos. Ambos debéis que disfrutar.
Un estado de éxtasis me inundó por completo. Los dedos de Fez eran como estar en el puto paraíso. Los notaba salir y entrar rápidamente. Además masajeaba mi clítoris.
Ahora él se encontraba tumbado a mi lado.
- Joder Fez.- me mordí el labio.
- No te muerdas.- me metió sus dedos en mi boca con sensualidad. Yo estaba muy muy cachonda y ese hecho me puso a mil. Después me volvió a besar mientras seguía con los dedos.
- Ah Fez.- gemí. Me siguió besando para ahogar los gemidos y que no se escucharan tanto.
Por suerte ya casi había oscurecido y apenas se os distinguía.
- Fez métela.- le supliqué. Él siguió sin hacerme caso hasta que me corrí. Al hacerlo arquée la espalda. Lo hice mirando directamente a Fezco. Su mirada estaba llena de lujuria pero a la vez de cariño y admiración.
- ¿Cómo estas?- comentó él.
- Bien.- Aún seguía respirando entrecortadamente y con dificultad.
-Espera.- se levantó.
- ¿Qué haces?
- Ya verás.- añadió él mientras me abría las piernas y comenzaba a succionar mi intimidad.
- Ahhh.- Pensaba que ya había sentido mucho placer pero ya veía que no...- Era hábil.- Enserio, métela.
- ¿Quieres que te penetre?
- Si.- añadí.
Se desabrochó el pantalón y se puso un condón; importante. Le miré el miembro. Eh.. creo que mañana no voy a poder caminar.
- ¿Y esa cara?- preguntó el pelirrojo.- Mira que se me baja.
- Nada, nada. Solo que igual mañana no puedo andar.
- Mira que eres burra.- rió él.- Aunque puede que en eso sí te de la razón. Empezó a meter su pene.- ¿Te hago daño?
- No. Tranquilo, sigue.- Lo cierto es que un poco si me estaba haciendo.- Ah.
- Relájate. Estas muy tensa.- añadió Fez en bajito.
Respiré.
- ¿Soy tu primera vez?- preguntó el enarcando una ceja.
- ¿Qué vas a ser mi primera vez?- espeté.
- Vale, vale. Solo era una pregunta.- siguió hasta meterlo por completo. Después de unos segundos se empezó a mover.
- Ahora sí tápame la boca no quiero hacer mucho ruido.
- Ósea que gimes un montón.- se rió Fez.
- Cállate ah. Haz-lo ya... ah.- daba embestidas lentas pero profundas. Joder qué bien se sentía.
Nuestros cuerpos encajaban a la perfección. Era como si fueran uno solo. Nuestras caderas se movían al compás.
- Ah.- me tapó la boca. Aumentó el ritmo. La idea de que me tapara la boca me produjo ansiedad.
Pensaba que me iba a gustar pero no. Lo que hace el porno... Te daña la mente de una manera que aveces no distingues lo que está bien o lo que está mal. Yo no veía mucho pero lo que había visto a veces me había puesto bastante. Hay que decir que la realidad es muy distinta. Eso solamente está grabado con una finalidad. Las chicas que graban esas cosas no sienten, no disfrutan... Prefiero no hablar de eso por qué ya me estoy y yendo del tema principal y además es un mundillo muy turbio.
Le aparté la mano.
- Lo siento pensaba que...
- Cambié de opinión.- afirmé como pude.
- Voy a ...- empezó a decir.- correrme.
Ambos gemíamos. Mi mente se nubló.
Nos corrimos a la vez. Él se quitó de encima y nos tapó a ambos con otra toalla que había traído.
- Eres muy previsor.- comenté. Sonrió y me besó.
- ¿Estas bien?- me acarició la mejilla.
- Si.- le di un breve pico. Le miré a esos ojos color azul cielo.- Te quiero.
- Yo a ti más, Sira. Mucho más.- afirmó Fez. Me besó de nuevo con pasión.

La historia continúa ... ✨👇🏼

Fezco y tú ( Euphoria) 💔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora