Fezco y tú ( Euphoria) 💔

Capitulo 57- Quiero matarle

Este capítulo contiene contenido sensible. Lo he escrito con el máximo respeto. Espero  que no se malinterprete nada. Solo es una historia; no pretendo ofender a nadie.

- Hola preciosa.- El miedo me recorría las venas. Creíble iba a desmayarme ahí mismo. El bate que había cogido no sirvió para nada. Nate me tenía acorralada. Fue tanta la impotencia que deje que me quitara el bate de la mano. ¿Qué le había hecho a Fez? ¿Qué me haría a mí?
Nate era un psicopata. Desde que había llegado estaba obsesionado conmigo. Gente, alejaros lo máximo posible de gente así. Yo lo he intentado. Creedme que lo he intentado.
- ¿Qué mierda haces Nate?
- Así me gusta guapa. No te resistas.- se relamió los labios.
- Déjame.
- Mira tu novio. Está dormido. Cómo te defiende eh.
- Eso es culpa tuya. No sé qué coño quieres pero déjanos en paz.
- Te dije que aparecería hasta en tus mejores sueños bebé.
- Das mucho asco.- le escupí en la cara. Entonces él apretó más fuerte y me empujó contra la pared.- Ah jodrr.- me agarró del pelo.
- Quiero follarte. Hasta dejarte seca.
- No vas a obtener nada de mí. Gilipollas.
- Creo que te va a salir como el culo la jugada Sira. Tu siempre has sido mia.
- Vives obsesionado conmigo. Estas mal de la cabeza.
- No vivo obsesionado contigo preciosa. Eres tú la que no paras de pensar en mí.
- Estoy perfectamente sin ti. Sin pensar en ti ni nada. Créeme que no te pienso un Segundo.- aflojó el agarre.
- Aún sigo teniendo material... no lo olvides. Como me putes te puteo el doble. Ya ves lo que soy capaz de hacer.
- Si. Ya lo veo. Ser un puto egocéntrico y psicopata. Háztelo mirar Nate. Tienes un problemita bastante gordo.- me agarró del cuello.
- Te voy a castigar por ser mala... mala conmigo. O prefieres a tu profe de bio...
- ¿Por qué todos estáis con eso?
- Te gusta. Lo he notado.- repuso él acercándose más a mi cara. Quise meterle una patada en los huevos. Él era más fuerte y más rápido. Bloqueó mi ataque. Mierda.
- No me gusta. Además, tú no te enteras ni del clima.
- Eso ya lo veremos.- me besó. Traté de cerrar los labios. Él me pego una bofetada. Me sentía débil. Quise llorar.
- Véte al infierno Nate.
- Tranquila. Yo soy el rey del infierno. Vivo en él todos los jodidos días.
- Pues no quiero tener nada que ver contigo. Para.- le grité. Él me aferró con fuerza. Me tocó el pecho y lo apretó. Siguió bajando mientras me metía la lengua hasta la campanilla. No tuve más remedio que seguirle el beso. Apenas podía contra su fuerza. Estaba paralizada por el miedo. Ojalá salir de allí corriendo.
- ¿Ves?- metió su mano en mi intimidad. Intenté sacarla de ahí. Fue inútil.- Te gusta.- empezó a masajearme ahí abajo. Sentí placer pero a la vez mucho asco. Sus dedos se colaron con furia en mi interior. Entraban, salían, entraban... Me agarré a su espalda. Era raro por que sabía exactamente donde me gustaba. Realmente me dio escalofríos. Lo hacía con cuidado pero a la vez agresivo. Me miraba detenidamente mientras él seguía masturbandome.
Sus dedos me rozaban. Tanteaba y después seguía penetrandome con los dedos a un ritmo exquisito. Me besó mientras seguía torturándome.
- Para.- al final se me escapó un leve gemido.- Quiero qué pares...
- Ufff como me pones.- me dio una nalgada.- Te voy a castigar. Con fuerza me cogió y me desnudó por completo. Luego, me sentó en el sofá encima de sus piernas.- Eres muy mala y vas a pagar por lo que hiciste. Lo que me hiciste.
- ¿Qué dices puto loko?
- A mi no me llamas puto loko, perra.- me dio una nalgada. Y otra, y otra, ... yo gritaba de dolor. Después me dio la vuelta y pellizco mis pezones, los chupó... Se quitó la ropa y me obligó a meterme su polla en la boca. - Así. Muy bien. Obediente.
Casi me ahogo. Menudo puto asco. Quise morderle la polla para que se callara pero Justo cuando notó mis dientes me agarró del pelo con fuerza y tiró de mi cabeza hacia atrás.

- ¡Joder!- exclamé.- ¿Quieres dejarme calva?
Me tumbó en el sofá y me puso una cinta en la boca. Se aseguró de que Fez estaba dormido aún y me puso las manos en alto.
Trate de escapar. Tampoco tuve fuerzas. No puede.
Empezó a penetrante rápidamente. Cerré los ojos para no verle. Para por lo menos en mi mente tratar de no estar allí. De no verme como una víctima de un abuso. Una puta injusticia que te arruina la vida; después el de iría de rositas...Para dejar la mente en blanco.
Sentí mucha mucha vergüenza e impotencia. Nadie jamás debería sentirse así. Jamás. Iba a cambiar aquello. Esperaba poder hacerlo. Quería matarle.