La lluvia nuevamente caía con fuerza y Sabrina Jones se encontraba sentada en una piedra en aquella modesta porción de tierra junto al lago detrás del internado. Estaba tapada con una frazada y un cigarrillo entre sus labios. Su mirada estaba fija en las gotas de lluvia que rompían la elasticidad de la superficie del lago.
Junto a sus pies, se encontraba una botella de vodka negro a medio beber y una bolsa de frituras de queso. Se acomodó y sus pies hicieron sonar la botella al golpearla levemente.
Un ruido se escuchó a su lado y ella se giró para ver a una enorme sombra entrando por el agujero de la pared detrás de ella, el cabello negro y los brillantes ojos azules le indicaron que todo estaba bien, ella volvió su vista al lago con un gran suspiro.
— Llevo como una hora aquí.
— Lo lamento, la directora quería hablar conmigo sobre el nuevo chico.
Sabrina frunció el ceño y miró al piso.
— Se llama Hunter — murmuró ella.
— Entonces si hablaste con él — dijo Liam sentándose en una piedra mas baja que la de Sabrina.
Ella suspiró y tomó la botella de alcohol, la abrió y le dio un buen trago antes de volver a poner el cigarrillo entre sus labios para fumar.
— No puedo contarte nada de lo que él me dijo..., tienes que averiguarlo por ti mismo.
— Solo quiero saber que clase de persona es.
— No es rico, no es como tú.
— Yo no soy rico.
— Liam – regañó Sabrina — sabes a que me refiero.
Él miró fijamente al lago.
Ella miró a su amigo, tenía la mandíbula tensa y sus ojos parecían perdidos. Nunca lo había visto así, le parecía intrigante que Liam se sintiera atraído por aquel chico cuando apenas si habían compartido una palabra. Ella y Hunter hablaron después de que ella lo convenciera de ayudarlo a desempacar y hacer su cama. Él le contó algunas cosas antes de decirle a Sabrina que se fuera para poder descansar, lo que, si noto ella, fue la falta de equipaje... la falta de objetos personales y de higiene.
— Mañana tengo examen de historia — murmuro Sabrina.
— ¿él esta dormido? — preguntó Liam ignorando la pregunta.
— No hables de él.
— Tengo qué, está en mi cuarto y no sé si mañana debo despertarlo para ir a clases o dejarlo solo.
— Déjalo solo.
Liam suspiró y tomó un trago de la botella antes de que Sabrina le diera de su cigarrillo para fumar.
— ¿Cómo esta tu abue? — murmuró la chica.
— Logré comunicarme con ella después de dejarte con Hunter — suspiró Liam — esta mejor, solo fue un golpe en la rodilla.
— Me angustie mucho cuando me dijiste que se había caído.
— Ella es ruda – rio Liam antes de mirar a Sabrina atentamente.
— ¿Por qué me miras?
— Eres hermosas.
— Ajá — rodó los ojos Sabrina.
— ¿Cómo está Cassie?
— Bien, no quiso venir con nosotros — dijo la chica suspirando dramáticamente antes de dale una sonrisa de mierda a Liam — ella no te tolera.
— Y es por eso por lo que me agrada — se rio Liam.
El par de chicos siguió hablando. Clases, la abuela de Liam, Casandra e incluyendo al chico nuevo entremedio. Compartían secretos entre susurros y risillas mientras el alcohol y los cigarrillos disminuían a cada segundo.
No todo el mundo entendía a aquel par, no muchos podían quedarse en silencio junto a alguien por mucho tiempo. Pero había momento en los que todo el mundo miraba a la chica con audífonos que leía mientras aquel chico dormía apoyado en sus piernas, o cuando actuaban como niños y corrían jugando y gritando por todo el patio del internado.
Lo extraño era que cuando los veían por separado eran todo lo contrario. Ella hablaba con su mejor amiga y él se quedaba callado en el gimnasio después de clases, nunca hablaban con otros, pero entre ellos parecía haber una especie de conversación silenciosa y secreta que simplemente quedaba entre ellos dos.
Liam llevó a Sabrina a su cuarto, despidiéndose algo borrado y mareado de su ebria amiga. Ella cerró la puerta y vio a su compañera de cuarto y mejor amiga, durmiendo plácidamente en su cama. Ella sonrió levemente y se tambaleo a su cama, se desnudó y se metió entre sus sabanas y kilos de frazadas, quedándose dormida casi al instante por el reconfortante calor de aquel lugar.
Mientras tanto, Liam caminó hasta su cuarto y vio al chico dormido plácidamente, caminó hasta él y se arrodilló junto a la cama. El tal Hunter Hope se sostenía fuertemente del borde inferior de la cama, del catre de madera.
— Me das tanta curiosidad — susurró Liam antes de quitarse la ropa para quedarse en ropa interior.
Se metió en su cama y se quedó mirando a Hunter, observando sus mejillas sonrojadas y su cabello revuelto que parecía sucio. A Liam le llamó la atención que él dormía con la ropa con la que había llegado, ¿Acaso Sabrina lo había llevado a las secadoras de la lavandería? Las zapatillas del chico estaban descansando a los pies de la cama, mirando hacia la puerta, como si estuvieran listas para salir corriendo.
El sueñolo venció después de unos minutos observando al chico, quedándose dormidomientras pensaba en Hunter Hope...
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Los Cuentos De Jacobsen
Документальная проза¿Cuántas veces nos hemos sentido perdidos? ¿Cuántas veces nos hemos sentido solos? Quizás la respuesta a estas preguntas las podamos evadir con una simple respuesta... La Familia, los amigos o tus personas de apoyo. Los Cuentos De Jacobsen es para...