El Cuento De La Felicidad.

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Hunter estaba acostado esa calurosa mañana del viernes, pero se las había arreglado para no sentirse acalorado en la cama estando tapados hasta las orejas, claro que solo era una sábana, pero estaba tapado. Estaba sumamente tranquilo con faltar a clases ese día porque estaba eximido del examen que harían ese día y podía dormir tranquilo toda la tarde si quería.

Sabrina había comenzado a practicar boxeo con Freddy y Hunter había gastado toda su energía en acompañarlos mientras aceptaba la oferta de Freddy de darle una rutina, ahora pensaba que tendría que haber seguido la decisión de Cassie y quedarse en la caminadora, aunque el tiempo si había dado sus frutos en su cuerpo.

Sus ojos estaban pesando lo suficiente como para terminar durmiendo, sintiendo el calor del día y reconfortándolo de alguna forma. Casi tres meses sin Liam ya tenían a Hunter con demencia y él sabia que Freddy estaba de la misma manera con Fido, había perdido a su hermano y él a su novio, pero había ganado a tres grandes amigos a cambio.

Su mente comenzó a divagar por todas partes, volando entre sueños y recuerdos hasta que se alojó permanentemente en Liam. Su piel de color caramelo, su cabello negro y sus ojos azules que brillaban cuando su sonrisa florecía. Recordaba cada musculo de Liam perfectamente, sus bíceps inflados, su pecho duro y su abdomen marcado. Extrañaba tener ese cuerpo junto a él...

Había terminado guardando la mayoría de la ropa de Liam para que conservara su olor. Los cigarrillos fuertes que fumaba estaban bajo la almohada de su lado y había una botella de vodka negro para su llegada.

Los recuerdos felices de Liam lo invadieron y Hunter terminó cayendo profundamente dormido, soñando únicamente con el chico de cabello negro y ojos azules, los pequeños besos que habían compartido y los abrazos que Liam le daba de vez en cuando.

Un ruido molesto se escuchaba en el salón de baile en el que Hunter y Liam bailaban vestidos de gala, algo como una pequeña melodía electrónica que invadía el espacio cada vez más fuerte.

Hunter gruñó enojado y se estiró en la cama, se talló los ojos con fuerza y se acomodó en la cama pestañeando lentamente para despejar todo el sueño que le quedaba en los parpados.

Ahora reconocía la música, era la canción de uno de los videojuegos de Liam. Hunter gruñó tapándose la cara con las manos y se sentó lentamente.

— Freddy, te dije que si me despertabas te iba a pate-

El chico se detuvo en seco cuando vio a la persona que jugaba en la consola.

No había piel morena ni uniforma escolar...

Era cabello negro y revuelto, piel de tez bronceada y una chaqueta de cuero...

El chico se volteo levemente y sonrió abiertamente.

— Te traje desayuno — sonrió Liam Washington.

Hunter lo miraba con atención.

Él tenía un pequeño moretón que estaba sanando en su mejilla y una cicatriz en el labio que también estaba sanando, pero su sonrisa y sus ojos eran tan radiantes como siempre. El castaño intentó decir algo, pero solo salió un jadeo tembloroso antes de levantarse con rapidez de la cama y gatear lo más rápido posible hasta llegar con Liam.

Lo abrazó y lo besó con fuerza mientras Liam lo recibía gustoso.

— ¿Cómo? ¿Cuándo?

— Hoy en la mañana — sonrió el pelinegro — la directora envió un auto a buscarnos y nos recibió con una reprimenda.

— Volviste — sonrió Hunter.

— Volví.

Hunter lo abrazó con fuerza antes de comenzar a besarlo con entusiasmo mientras lágrimas de felicidad caían por sus mejillas y sus manos viajaban con rapidez por aquí y por allá, tocando cosas que nunca habían sido tocadas por las manos del otro.

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