Su cabello mojado y castaño brillaba bajo la luz, sus ojos llorosos miraban el piso y su cuerpo tieso se encontraba sentado en la cama. No sabia que hacer en ese momento, había ido al baño para mojarse la cara, pero terminó mojándose el cabello para quitar aquella tintura falsa de su cabello, pero luego sintió la necesidad de esconderse en su cuarto.
La puerta se abrió lentamente y un hombre alto, musculoso y de cabello negro entró con timidez a la habitación, mirando con preocupación al interior. Sus ojos azules se veían tristes y su rostro lo demostraba aun mas mientras cerraba la puerta tras de sí.
— Debemos tener una conversación — dijo Liam mirando al chico atentamente.
— Debo disculparme con los chicos — murmuró Hunter.
— Ellos están bien, dijeron que no estaban enojados, pero se fueron a sus cuartos por la hora.
— No quería arruinar el Halloween.
— Lo sé.
— ¿Aún estás enojado conmigo?
— Yo nunca estuve enojado contigo, Hunter... estuve triste y preocupado, pero nunca enojado.
— ¿Puedes sentarte junto a mí?
Liam suspiró levemente y se acercó para obedecerlo, tomando una de las manos del chico para acariciarla suavemente.
— Lamento mucho haber sido idiota y presionarte para hablar de eso — susurró Liam.
— Está bien, entiendo porque me presionabas.
— Lamento que hayas tenido que vivir algo tan horrible como eso.
— Estaba aterrado de contarles.
— ¿Por qué?
— No lo sé, supongo que no sabía que reacción tendrían si sabían que había hecho.
— Tu no hiciste nada.
— Les escondí eso y yo causé que ellos...
— Hunter, tu no hiciste nada — gruñó Liam.
— Si estas molesto.
— Pero no contigo... tus padres, esos bastardos... no estoy enojado contigo.
— Lamento si tarde mucho en contarte... es solo que, creí que te marcharías.
— ¿Por qué me querría marchar? — preguntó Liam riendo levemente — estaría demente si me alejo de ti.
— ¿Por qué?
— Porque estoy enamorado de ti, Hunter. Estoy loco por ti y por eso me enoje con toda la situación, porque no te merecías y créeme que si supiera quienes te acosaron en tu antigua escuela, los despedazaría uno por uno.
— Gracias — murmuró el castaño.
— ¿Por qué?
— Por amarme como soy, por querer protegerme.
— Eres mi tesoro, debo hacer eso.
— Te amo, Liam Washington.
— También te amo, Hunter Hope.
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Los Cuentos De Jacobsen
Non-Fiction¿Cuántas veces nos hemos sentido perdidos? ¿Cuántas veces nos hemos sentido solos? Quizás la respuesta a estas preguntas las podamos evadir con una simple respuesta... La Familia, los amigos o tus personas de apoyo. Los Cuentos De Jacobsen es para...