Los Cuentos De Jacobsen

El Cuento De La Visita.

Los chicos estaban sentados en el patio central después de clases. Hunter terminaba la tarea mientras descansaba en las piernas de Liam, Sabrina se pintaba las uñas de negro mientras Fido le trenzaba su cabello y Freddy dormía en las piernas de Casandra mientras ella leía.

El día era caluroso y ellos ya estaban pensando en ir a nadar a lago, pero sabían que los otros estudiantes escucharían las salpicadas y los descubrirían, lo único que podían hacer era arremangarse las mangas de las camisas y los pantalones y en caso de las chicas, simplemente dejar de usar las medias de lana.

— ¿Cómo se supone que usaré matemáticas avanzadas en la vida real? — se quejó Hunter.

— No lo haces, solo te hacen estudiarlas para hacer parecer que las matemáticas son importantes — rio Casandra.

— Cassie, dispárame, te lo ruego — sollozó Hunter falsamente.

Los chicos comenzaron a reír antes de que un guardia los interrumpiera al acercarse a ellos con una hoja de papel que parecía tener algo escrito, el guardia solo le dio la carta a Liam y se fue después de que un confundido pelinegro la recibiera.

— ¿Qué dice? — preguntó Hunter sentándose bien.

— Les informamos a los estudiantes: Liam Washington, Sabrina Jones y Casandra Line que la noche familiar será en dos días y están cordialmente invitados a presentarse en caso de querer reunirse con su familia — leyó Liam.

— Genial — sonrió Fido — ¿Tienen que ir formales o con ropa casual?

Ninguno habló después de esto, Casandra parecía desinteresada, Sabrina enojada y Liam preocupado.

— ¿Qué pasa? — preguntó Fido sin comprender.

Sabrina se levantó del piso y se fue corriendo en alguna dirección del terreno mientras todos la miraban.

— Iré por ella — murmuró Casandra mientras se levantaba y comenzaba a correr por el camino que tomó la rubia.

— ¿Dije algo malo? — preguntó Fido mirando por donde se fueron las chicas.

— No lo entenderías — dijo Liam.

— Supongo que no — susurró Fido.

— Brina no tiene buena relación con su familia — murmuró Liam.

— Y Cass no tiene buena relación con sus padres — se unió Freddy.

— Creo que olvide el detalle de su tía — se lamentó el rubio sintiéndose mal — tengo que irme.

Fido se levantó y salió corriendo por donde se habían ido las chicas.

— ¿Vendrá a verte tu abue? — preguntó Freddy cuando vieron como Fido desaparecía.

— Si, no la veo desde que estuve en la cárcel.

— Genial, pasaré a saludarla.

— Y le va a encantar — dijo Liam emocionado.

De repente, Hunter se levantó con rapidez, olvidando sus cosas en ese lugar y alejándose mientras su novio y su amigo lo miraban fijamente a medida que se alejaba en dirección a las habitaciones. Liam miro a Freddy confundido y este se encogió de hombros antes de apuntar el cuaderno olvidado del castaño.

El pelinegro lo tomó y notó que había escrito algo, Hunter había escrito "Familia" en la hoja en la que estaba haciendo su tarea, pero la escritura parecía como si lo hubiera escrito con fuerza, pero distraído.

— Familia — susurró Liam.

— ¿Tienes idea de lo que pueda significar? — preguntó Freddy.

— Pues no, Hunter no ha sido tan abierto con su pasado — murmuró Liam — ¿Te molestaría si voy por él?

— Nah, yo me voy por un sándwich.

Sabrina estaba mirándose al espejo con la cara mojada mientras Casandra la miraba desde atrás, la rubia estaba respirado con rapidez mientras intentaba calmarse.

— ¿Estás mejor? — preguntó Casandra.

— Creo — respondió Sabrina — no creí que este día estuviera tan cerca.

— No tienes que ir si no quieres — murmuró Casandra mirándola a través del espejo.

— ¿Por qué quería ver a esa perra?

— Porque después de todo lo que pasó este año, puedes cerrar un ciclo que lleva abierto demasiado tiempo... te conozco, Brina. Quieres verla con orgullo y no por deseo.

— Eso tiene sentido para mí.

— ¿Puedo entrar? — preguntó una voz masculina.

Casandra se asomó por la pared de cerámicas que separaba la vista del baño de mujeres y el exterior y vio a Fido parado afuera, buscándolas con la mirada.

— En serio, después de graduarnos, necesitamos mas mujeres en este grupo — bromeó Casandra.

— Dile que entre.

— Uhm, lo castigarán por entrar al baño de mujeres.

— Mierda — gruñó la rubia — luego te cuento, Fido — dijo ella en voz más alta mientras seguía mirándose al espejo.

Sabrina suspiro y bajó la cara para mojarla nuevamente con agua fría antes de enderezarse y mirar a su mejor amiga a la cara, sonriendo levemente nerviosa.

— Voy a confrontar a esa perra.

— Bueno, tendrás a un montón de hombres cuidándote la espalda — sonrió Casandra — aunque Liam vale como por tres.

Sabrina frunció el ceño y miró al piso.

— Tienes razón, necesitamos mas chicas en el grupo — rio la rubia.

Casandra se rio levemente y se acercó a ella para tirarla del brazo para salir del baño y encontrarse con Fido, mirándolas con preocupación.

— ¿Están bien? — preguntó el chico — lamento si dije algo malo en el patio, no hice la conexión en la palabra "Familia".

— Estoy bien — sonrió levemente Sabrina — supongo que la veré y confrontaré eso de lo que he estado huyendo.

La habitación estaba oscura mientras Liam entraba lentamente y miraba hacia el interior, Hunter estaba sentado en la cama sin decir nada mientras miraba la cama con atención y se retorcía los dedos con fuerza. El pelinegro entró lentamente mientras guardaba silencio.

— ¿Amor? — pregunto el chico cerrando la puerta.

El castaño no respondió y siguió con su vista pegada en la cama.

— ¿Estás bien? — volvió a preguntar el pelinegro, acercándose a la cama.

— Quiero estar solo — susurró el castaño

— Pero-

— ¿Recuerdas lo que te dije con respecto a Freddy? — interrumpió Hunter — que no había que presionar a la gente para hablar... quiero estar solo.

Liam se sintió realmente mal cuando Hunter dijo eso, de tal forma en que parecía que lo odiaba por haber ido a ver si estaba bien o no. O sea, sabía que no debía presionar a Hunter, pero solo quería saber si estaba bien...

— Si quieres, puedes venir conmigo esa noche y conocer mejor a mi abuela...

— Ok...

El pelinegro frunció el ceño y salió del cuarto, dejando solo al chico sentado en la cama.