El Cuento De La Bestia Domada.

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Sabrina había decidido cambiar con Freddy de habitación y se quedaría a dormir en la habitación de Fido esa noche, aunque ambos sabían que nunca habían estado completamente solos en una habitación por una noche completa. Y la única vez que habían estado a solas, habían contado sus más íntimos secretos mientras se acurrucaban.

— Tu habitación es bonita — murmuró Sabrina tomando unos libros de la cajonera.

— Son de Freddy — rio Fido.

— ¿Hay algo tuyo que pueda ver?

— Pues — murmuró Fido sonrojándose levemente — hay algo en el ultimo cajón que puedes ver.

La chica sonrió tiernamente antes de agacharse para revisar el cajón, encontrando una libreta llena de grafitis con letras que deletreaban "Fido. La mayoría de estos tenían una tipografía diferente que se veía realmente bien.

— ¿Los hiciste tú? — preguntó Sabrina sorprendida.

— Es algo que mantengo en secreto, ahora solo tú lo sabes.

— Me encanta.

— Genial — sonrió Fido acercándose a la chica, arrodillándose junto a ella — hay algo en la última página.

Sabrina lo miró curiosa y se fue a la ultima pagina automáticamente, viendo un grafiti de su nombre, con letras que parecían goma de mascar con un contorno negro que le daba relieve, algunas flores la decoraban y sobre este grafiti hacia un bosquejo de ella mirando algo con una sonrisa.

— Wow — susurró Sabrina.

— ¿Te gusta?

— Es hermoso — sonrió Sabrina abiertamente.

Fido estaba realmente feliz mientras Sabrina solo miraba aquella hoja que la plasmaba de manera diferente.

La chica estaba sonrojada, pero sabia porque era eso.

La cercanía de Fido la tenía levemente emocionada, sintiéndose como aquellas chicas que tenían un montón de mariposas en el estómago mientras el cerebro se les volvía gelatina.

Su rostro comenzó a acercarse lentamente hacia el rostro del chico, dejando sus labios muy cerca de los del otro. Sintiendo como sus respiraciones se iban fusionando en una mientras sus labios se juntaban en un tierno beso que lentamente se iba transformando en un beso algo apasionado.

Fido también se estaba emocionando y su cuerpo lo demostraba de la única forma que conocía, dándole mejillas sonrojadas y una erección que iba creciendo en sus pantalones mientras las manos de Sabrina le acariciaban la mejilla con ternura.

Pero algo pasó...

Cuando la chica rosó la erección escondida en los pantalones del chico, su corazón comenzó a latir con fuerza mientras su cerebro la hacía papilla al aconsejarle que se alejara de los labios del chico.

Fido la miró algo confundido, pero no dijo nada, esperando a que Sabrina se sintiera cómoda para hablar.

— Lo lamento — susurró Sabrina — no puedo.

— ¿Qué cosa? — preguntó Fido.

— Yo solo... no creo estar lista — murmuró la rubia mirando la erección de Fido.

El chico frunció el ceño y miró hacia abajo, notando el bulto en sus pantalones y sonrojándose y avergonzándose aún más. Tomó el cuaderno de sus dibujos y se cubrió lo más rápido posible para luego taparse la cara completamente roja.

— Lo lamento, y-yo no pude controlarlo — dijo el chico rápidamente, mirando a otra parte.

— Esta bien — rio levemente la chica.

— Discúlpame.

— No importa, es solo que me sorprendí un poco.

— Supongo que yo también salí un poco sorprendido — rio levemente Fido mientras miraba el cuaderno que lo cubría — lamento haberte puesto incomoda, es solo que no me di cuenta de que se me estaba... supongo que me relajé demasiado.

— Lo sé, Fido, es solo que no puedo... ni siquiera puedo pensar en aquella palabra sin saber que decir después.

— No necesitas decir nada, solo tuve una erección por el beso que nos dábamos. Lo ultimo que pensaba era en sexo, sé que no estas listas para algo como eso y yo lo respeto.

— Gracias... Finnian — sonrió la chica levemente antes de abrazar a su novio con fuerza — te amo.

Fido sonrió levemente sorprendido antes de besar la nariz de la chica y luego los labios, habiendo que ella también se sonrojara.

— También te amo, Sabrina Jones.

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