6. Confusión

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Capítulo 6

—¡No! —chillo.

No es posible que haya sido descubierta tan pronto, me había esforzado mucho en mantenerme alejada y no estar tan pendiente de la vida de Keylan precisamente para que no me descubriera.

—Podrás engañar a Amelia, pero a mí no —aclara Dorian —Además no eres buena disimulando.

Es cierto, si a alguien no podía engañar era a él, nos conocemos desde el kínder así que me conoce podría decirse que incluso más de lo que yo misma me conozco.

—Me refiero a que no estoy lista para hablar de eso, ¡por favor! —ruego.

Pongo cara de cachorrito para que no me pregunte más, porque la verdad es que no hay nada que contar con respecto a mi atracción por Keylan. Simplemente me di cuenta que me gusta en la reunión del último día de clases del primer semestre.

—Como quieras, sabes que puedes confiar en mí, no te presionare ni nada —concedió.

Dorian siempre ha sido comprensivo conmigo, desde hace ya unos años nos dimos cuenta y entendimos que no sirve de nada presionarnos, de todos modos, nos lo contaremos cuando estemos listos, sin presión.

—Gracias —alego, mientras se levanta de mi cama.

—Nos vemos enana, tengo que irme —se despidió.

—Bye —digo con voz aguda haciendo un mohín y el me da un beso tierno en la frente.

Se detiene en el marco de la puerta y me mira como si estuviera a punto de decirme algo, pero lo duda, luego me muestra esa sonrisa tan propia de él.

—Pero no lo negaste, así que... —deja la frase en el aire.

En realidad, lo había intentado, pero me descubrió en el proceso así que no insistí en negarlo.

Me mira con una sonrisa burlona y le lanzo el cojín que siempre está en la silla de mi escritorio. El la atrapa en el aire antes de que choque con su rostro, me la devuelve y choca con mi frente antes de poder reaccionar, escucho que se ríe y se va.

Me quedo sola en mi habitación como cada noche desde que empecé mi carrera; como explicarle que durante el último año me ha gustado aquel chico que siempre ignoraba mi presencia, aunque seguramente estoy pensando demasiado las cosas, sé que Dorian me va a entender, no hay nada de malo en que me guste alguien.

Para dejar de pensar en que diré, decido empezar a realizar las tareas que nos dejaron hoy. Aunque no es algo que quiero hacer, en estos momentos solo siento la necesidad de darme un baño y acostarme a dormir, pero no me puedo dar el gusto de hacer eso y aunque intente dormir ahora no lo lograría.

Mientras hago mis deberes intento borrar de mi mente la imagen y la voz de Keylan cerca de mi oído, en especial lo que me dijo antes de irse, lo que me pareció algo extraño viniendo de él.

Terminando las tareas enciendo mi celular para revisar mis redes sociales, más bien, para revisar si no me ha respondido el guapo de Keylan. Abro el chat y me doy cuenta que ha leído el mensaje porque las dos palomitas están de color azul.

Desafortunadamente no me ha respondido, no me sorprende, no he hecho nada para llamar su atención, veo la hora y me quedan menos de cinco horas de sueño. ¡Demonios!

A muchas personas tal vez les parezca mucho tiempo, pero no para mí que detesto madrugar.

Dejo el móvil a un lado y cierro los ojos, al principio trato de poner mi mente en blanco y no pensar en nada, pero fracaso así que empiezo a imaginarme un punto blanco que se va haciendo más grande para así poner mi mente en blanco literalmente, pero en aquel punto empiezan aparecer las palabras: compresas, Keylan e incluso fiesta.

¿Cómo conquistarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora