¿Cómo conquistarte?

13. Bien con eso

Capítulo 13

La biblioteca de la universidad tiene un estilo moderno, elegante y grandes ventanales que ocupan la mitad de las paredes, existen varias repisas en donde están los libros en la sección de al fondo a un lado, mientras que mesas y varias sillas para las personas que decidan ir a estudiar un poco, quieran estar en un ambiente tranquilo y silencioso para leer algún libro o también para adelantar los deberes.

Me siento en una mesa del fondo de la biblioteca donde no hay nadie, saco un libro de mi mochila. Y me concentro en la lectura, hasta que llego a una parte en donde empiezan a ocurrir cosas para mayores de edad. Se perfectamente que cada vez que leo estas escenas y me concentro tanto en la historia me pongo roja así que me pongo mis manos libres y pongo play a una playlist aleatoria. Trato de cubrir mi rostro con el libro y mis mechones de cabello sueltos.

Empiezo a sentir una sensación extraña en mi entrepierna así que cruzo mis piernas para controlar lo que sea que este provocando esta escena en mí.

Fue una muy mala idea, por no decir que fue pésima, haber continuado con la lectura aquí en la universidad y aunque parece extraño los estudiantes si pasan tiempo en la biblioteca a comparación de la secundaria en donde era muy solitaria y parecía un desierto.

De repente alguien baja de golpe mi libro para ponerlo sobre la mesa sobresaltándome. Al levantar la vista me encuentro con la mirada de Dorian.

Tiene su cabello ligeramente a un lado un poco desordenado, una expresión divertida, su sonrisa picara y lleva una camiseta de manga larga verde, que a mi parecer le queda genial, lo hace ver mucho mas apuesto y ese es su color favorito.

Veo que dice algo, pero no logro escucharlo por la canción reproduciéndose en mi móvil. Y por alguna razón esa canción me parece algo acorde con la escena que estaba leyendo Bones de PSM, que oportuno.

Dorian al darse cuenta que no respondo, observa mis oídos y mi cuello, se señala su cabeza a la altura de sus oídos. Así que reacciono y me saco los audífonos. Espero no verme tan roja ahora o me descubrirá, con lo sencillo que es para él leerme.

—Casi no te encuentro —demanda.

Al venir aquí mi intención era esperarlo, no esconderme de el o evitarlo, pero teniendo en cuenta mi rostro rojo, hubiera preferido que no me encuentre por ahora.

¡Demonios! Porque no escogí otro libro para leer aquí.

Esta mañana había salido apresuradamente así que tome el libro que estaba a la vista que es el que he estado leyendo los últimos días, pero debí pensármelo dos veces antes de empezar a leerlo aquí.

—He estado aquí desde que salí de clases —digo casi en un hilo de voz.

Dorian frunce el ceño así que trago grueso para tratar de disimular lo que acaba de pasarme o más bien lo que estaba leyendo.

—¿Estas bien? —pregunta con preocupación.

Tienes que sonar natural.

No demuestres que algo te tiene un poco alterada y toda roja.

—Sip, muy bien.

Pone el dorso de su mano sobre mi frente.

—No tienes fiebre —anuncia.

—Te dije que estoy bien.

Aparto su mano de mi frente suavemente.

—Es que tus mejillas están rosadas —. Mueve su dedo índice en círculos sobre sus mejillas.

¡Oh no!, ahora que le digo.

—Ya sabes el sol, estos días ha hecho demasiado sol y seguramente me queme...—explico.