14. Engaño

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Capítulo 14

Dorian

Guardo ropa, una botella con agua y mi chompa de algodón que combina con el pantalón que estoy usando, normalmente acostumbro ir al gimnasio todos los fines de semana en las mañanas. Hace media hora llegue a mi departamento, anoche pasamos viendo varias películas en la habitación de mi enana.

Fue una buena noche, por un momento estaba olvidando todo sobre mi reciente ruptura, las responsabilidades, aunque con Elaine siempre me pasaba, le pasan tantas cosas que hace que todo se me olvide y me transmite alegría y tranquilidad. Creo que por eso nos tenemos tanta confianza desde el primer día. Desde entonces se convirtió en mi mejor amiga, la quiero como a una hermana.

Cuando entramos a la misma universidad recuerdo que ambos estábamos tan emocionados que empezamos a dar saltos sobre la cama de su hermana que en ese entonces estaba embarazada, pero solo nosotros lo sabíamos. Y bueno, ocurrió una tragedia, rompimos las tablas de la cama donde va el colchón, Elaine al no tener buenos reflejos cayo primero sentada y luego estaba en el piso con las manos en él, para no golpearse la cara.

A pesar de eso no se nos borró la emoción.

Cuando conocimos a Amelia, empecé a sentir que mi enana se estaba distanciando de mi por pasar tiempo con ella. Pero luego me di cuenta de que no era así.

Amelia es una chica muy linda, aunque suele acabar con mi escasa paciencia.

Volviendo a lo de antes, lo único malo de la noche de películas fue que, al estar con dos chicas, vimos películas románticas, eso provoco que recuerde a mi antigua relación.

Cargo una pequeña maleta negra sobre mi hombro de manera que la correa quede cruzada en mi pecho. Mi móvil empieza a vibrar en el bolsillo de mi pantalón haciendo que una de las migajas de los snacks de anoche se mueva y empiece a molestarme, saco el móvil y como me lo imaginaba. Una llamada entrante de Mónica. Mi exnovia, como lo he hecho últimamente rechazo la llamada.

¿Cómo es que llego ahí esa migaja?, recuerdo haber visto la cama de Elaine llena de migajas esta mañana cuando me desperté, aunque ella ya no estaba ahí.

Espero que no la regañe el señor Patrick por el desorden que dejamos en la habitación.

Salgo de mi departamento y subo a mi auto. Dejo la maleta en el asiento trasero y entonces veo una chamarra que recuerdo haber visto en Amelia esta mañana cuando la lleve a su casa. 

Conduzco durante cinco minutos y me estaciono frente al gimnasio.

Salgo del auto acomodando la maleta sobre mi hombro y sacudo un poco mi camisa para que salgan las migajas que me están atormentando.

Al entrar al gimnasio veo a mi entrenador con un grupo de chicas. Me siento en una banca que está junto a las pesas y me saco el calentador para quedar en pantaloneta.

Mientras espero a mi entrenador envió un mensaje.

Amelia Curtis

"Te dejaste la chamarra en mi auto"

AC: "Gracias por avisarme, no se la vayas a dar a ninguna de tus conquistas."

"No te preocupes por eso.

Te la llevare en un rato, no quiero que mi auto quede apestando a ti."

—Dorian —saluda una voz muy tosca.

Una sombra se posa sobre mí, alzo la mirada y encuentro a mi entrenador, al menos esta vez se quedó con su camiseta puesta, normalmente cuando vienen chicas al gimnasio se saca la camiseta para que las chicas puedan verlo y lo hacen. Algunas no saben ni disimular.

¿Cómo conquistarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora