¿Cómo conquistarte?

28. Travesuras

Capítulo 28

—Elaine.

Todo está en absoluta obscuridad, pero por lo relajada que me siento, sé que estoy dormida, estoy en un sueño sin sueños, aunque quizás esté a punto de iniciar uno.

—Elaine.

Me dejo llevar, absorber por la obscuridad e intento averiguar de que se tratara este sueño.

De repente siento que alguien empieza a acariciar mi rostro, una buena señal, aun es de noche, aun puedo dormir, me acomodo, para que quien sea que este acariciando mi rostro lo haga con más facilidad.

Empiezo a relajarme mucho más por las caricias y siento que me voy quedando profundamente dormida. Lo único que puedo ver en medio de esta obscuridad es la hipnotizante mirada de Keylan.

Esa mirada que me gusta tanto, que me hace preguntarme si algún día el me mirara con...

—¡Ya despierta! —gritan y algo pesado cae sobre mí.

Pero ¿Qué diablos?

Paso el dorso de mi mano por mi rostro, genial, ahora estoy despierta.

—¡Despierta! —grita una voz femenina y entonces algo golpea mi rostro.

—Estoy despierta —me quejo.

Abro los ojos y veo a Dey con una almohada en su regazo, su cabello recogido en una coleta alta, las cienes están algo tensas y entonces me doy cuenta que es por el esfuerzo que está requiriendo para no soltar la carcajada que trata de reprimir.

—¿Qué pasa? —me quejo con enojo, no encuentro nada de gracia a que me despierte de esta manera.

—Desde cuando tienes el sueño tan pesado —declara dejando escapar su risa por unos segundos.

Le doy mala cara y aparto la mirada de ella, Luka está sentado a mi lado con un lápiz labial en sus manos, estas están completamente manchadas de un rosado pálido.

Un momento, ese es el lápiz labial que había comprado cuando vino papá. No lo encontraba y pensé que jamás lo traje.

¿Dónde estaba?

Bueno eso no importa porque ahora está totalmente arruinado.

Escucho a mi hermana reírse con completa libertad lo que me hace girar y verla de nuevo con el ceño fruncido.

Está loca.

—¿Se te ha zafado un tornillo hoy? —pregunto de mal humor.

La almohada que estaba en su regazo ahora impacta contra mi cara para caer en mis piernas.

Ruedo los ojos, hoy no es un buen día. Me levantan de esa manera tan brusca y ahora mi hermana se burla de mi mal humor.

Me pongo de pie de mala gana y saco una toalla de mi armario.

—Oye, espero que eso salga —indica entre risas.

Está loca.

¿Qué salga que cosa?

Me encierro en el baño y me lavo los dientes primero, necesito sacar este mal sabor de mi sistema, levanto la vista y la espuma en mi boca cae sin problemas al lavabo.

Me encuentro con dos círculos lilas mal pintados alrededor de mis ojos y unos garabatos simulando ser bigotes en mis mejillas.

¡Demonios!

Con que por esto se estaba riendo mi hermana.

Entonces no eran caricias lo que estaba recibiendo mientras dormía, en cambio era que Luka había visto esa oportunidad de hacer de mi un gato.