Capítulo 4
—Creo que esté te quedaría perfecto —comenta Amelia mostrándome un vestido celeste bebé, que no logro ver el modelo en la manera que lo sostiene.
Si, adivinaron, no encontramos ni una sola blusa que me guste, así que Amelia nos trajo a la sección donde están los vestidos.
Asiento.
—Okay— abro la bolsa de las opciones para irme a probar luego y lo guarda.
—¿Aun no tienes suficientes? —habla Dorian a mi lado, dirigiendo su mirada a la bolsa cuando Lia se aleja.
Él ha estado un poco serio, desde hace un rato, debe ser que le incomoda estar en el área de vestidos de una tienda, le he propuesto que vaya a echar un vistazo en la sección de la ropa de hombres, sin embargo, no lo ha hecho.
—Supongo que si —admito, una vez cuento mentalmente los vestidos que tengo aquí, son 7 en total. —En mi opinión, demasiados —añado.
El asiente y caminamos en dirección a los probadores.
Cuando estoy a punto de cerrar la puerta del probador alguien la empuja con fuerza, y estoy a punto de soltar uno de mis mayores insultos, pero me callo cuando Lia pone un pedazo de tela plateado en mi mano libre. Le doy una sonrisa de boca cerrada y me encierro en el vestidor.
Me miro en el espejo y mi cabello castaño esta algo despeinado, mis ojos grises cansados y rojos, bajo mis ojos hay un rastro de la máscara de pestañas que me había puesto esta mañana, mis labios están un poco resecos y han adquirido un color pálido, llevamos horas en el centro comercial, pero sé que Amelia no me permitirá ir a ningún lado sin comprar algo para el viernes.
Tendré que llegar a darme un baño y dormir cuando termine este tormento de las compras de vestidos; no he descansado desde que salí de casa de mis padres esta mañana. Hubiera descansado en el auto, pero no fui capaz, cada vez que Marcus fijaba su mirada en la carretera y como mi amor secreto iba dormido en el asiento trasero, aproveche para observarlo de cerca y con cerca me refiero a verlo por el espejo de la puerta de mi lado del auto.
Saco los vestidos de la bolsa y me decido por uno negro, me lo pruebo, me miro en el espejo, y trato de hacer q se me vea bien y salgo del vestidor esperando ver a Lia afuera para que me diera su opinión, pero solo veo a Dorian sentado en un sofá sin espaldar con el móvil en sus manos, apoyando los codos en sus rodillas.
Pienso en si debería pedirle una opinión a Dorian o entrar, estoy a punto de ir a por la segunda opción, pero un suspiro se me escapa y él alza su mirada, se encuentra con la mía y se pone de pie. Le sonrió y doy una vuelta sobre mí misma.
—¿Y? —vacilo.
—Es lindo, pero es de una talla más grande que la tuya por lo que me doy cuenta —dice mientras pasea su mirada por el vestido.
—Tendré que hablar con la señorita para que me dé uno dos tallas menos —murmura Amelia a mi lado, sobresaltándome.
—Dije que estaba una talla más grande, no dos Amelia —aclara Dorian, haciendo énfasis en "una".
—No me gusta, me probare otro —puntualizo, terminando la posible discusión entre mis amigos y entro al vestidor de nuevo.
Después de probarme todos los vestidos me decido por el celeste.
Salimos de la tienda con las bolsas en las manos de mis amigos y vamos por algo de comida, Dorian lleva la bolsa de mi vestido, supongo que Lia no pudo resistirse a comprarse uno también.
—Necesito una hamburguesa con papas fritas, ya —me quejo.
Amelia se para frente a mí y me mira con el ceño fruncido.
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¿Cómo conquistarte?
Genç KurguEl amor puede llegar de maneras inimaginables, en momentos y de personas inesperadas, en la vida hay un bajo porcentaje de personas de las que, sus sentimientos son correspondidos por la persona de sus sueños. ¿Podría Elaine ser parte de ese porcent...