El final de la estudiante de honor académico en Hogwarts, Hermione Jean Granger, dio un giro inesperado cuando abandona el ministerio a sus treinta y seis años y se presenta como profesora en el colegio Hogwarts de magia y hechicería.
Años después H...
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Léa Malfoy
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No podía apenas centrarme con su mirada intensa sobre mi. Jugaba con la pluma en sus dedos mientras sus ojos analizaban cada fino y claro movimiento que yo hacía.
Llegué a mirarla varias veces molesta, pero era aún peor ya que cuando su mirada chocaba con la mía solo podía sentir esa intensa conexión que teníamos.
Odiaba que ella en parte tuviese razón, aquello no estaba bien y tampoco sería aprobado por nadie, mucho menos por mi familia.
Aunque claro, nadie está hablando de nada serio, ni mucho menos me interesaría algo así a mi.
Pero Hermione... Tenía algo que me atraía, quizá fuese su inteligencia, su amabilidad, la mirada profunda que tenía al narrar sus vivencias o quizá su sonrisa...
Tenía ese algo que jamás había encontrado en nadie, pero claro estaba que ella no era para mi.
—Terminado —solté la pluma lejos y le dejé los pergaminos frente a ella.
—Espera, tengo que corregirlos —me advirtió tomándolos.
—Me los puedes entregar en la siguiente clase— cuando fui a levantarme me puso la mano en el hombro y me sentó en la silla de nuevo.
Suspiré y vi que pasaba la pluma por los pergaminos de forma muy lenta.
—Hermi– Profesora –cerré los ojos y negué con la cabeza —Tengo que irme ya...— levantó su mirada hacia mi, casi podía quedarme sin aliento al ver como su mirada inclinada abajo se levantaba hacia mis ojos, casi retándome a que me fuera.
—No parecías tener tanta prisa antes, ahora la que no tiene prisa soy yo— sonrió y se puso de pie, guardando en su bolso los pergaminos.
—Bien –suspiré aliviada —Hasta ma– me interrumpió antes de seguir hablando.
—Irás a la actividad de mañana por la tarde, ¿cierto?— preguntó colocándose la asa de su bolso en el hombro.
—¿Qué actividad?— pregunté confusa.
—La de Hogsmeade, ya sabes, las de antes de Navidad para que podáis comprar regalos o hacer lo que sea que hagáis ahora— pude ver un brillo de nostalgia en sus ojos.
—Oh si, mi padre ya firmó el permiso, supongo que iré— me encogí de hombros y cerré la mochila.
—Bien –se acercó lentamente y echó una fugaz mirada a mis labios— Hasta mañana señorita Malfoy—
—Hasta mañana, profesora— casi me quejé al verla retroceder.
Puso los mechones de pelo detrás de sus orejas y sonrió, después se alejó sin más, dejándome sola y desconcertada en mitad de la oscuridad entre estanterías.
[;]
—¡Por fin!— soltó un gruñido de alivio Anne al verme.
—Ya está, ya soy toda tuya— reí y me dejé caer en la cama.
Anne tenía su pelo amarrado en un moño, estaba sentada en la cama leyendo con las gafas de vista que solo se ponía para leer y hacer tareas.
Saltó de la cama y fue hacia mí.
—Necesito tu ayuda para saber que ponerme mañana por la tarde— me tiró de la mano.
—Pero eso podemos verlo mañana— me quejé mientras tiraba de mi hacia el armario.
—Definitivamente que no— concluyó ella abriendo las puertas del armario.
Aceptando mi "obligación" impartida por Anne me senté en el borde de la cama viendo cómo ella miraba pensativa de brazos cruzados el armario.
—¿A sido mucha tortura?—
—¿Mi castigo? –asintió —No me quejo, podría haber sido peor— observé las prendas del armario, viendo que tenía cantidades excesivas de ropa y mira que yo tenía el armario lleno.
—No es mala, solo que en su etapa escolar ha sido muy exigente consigo misma según dicen y espero que no tenga las expectativas muy altas con nosotros, se puede llevar un gran chasco— hizo una mueca y puso las manos en sus caderas.
—En realidad no sé qué objetivo tiene aquí— me dejé caer de espaldas a la cama.
—¿Objetivo?—
—Si, no sé, trabajaba en el ministerio Anne, ¿Porqué querría volver aquí?— fruncí el ceño.
—No se... Ya sabes, la gente es rara– se encogió de hombros— Aunque es una chica que se ha esforzado mucho por encajar en este mundo, ya sabes cómo eran las cosas con los no sangre pura años atrás— Anne me dió una rápida mirada.
Si, ya sabía, mi padre era de los primeros en discriminar a los no sangre pura o cómo decía él, “sangre sucia”
Sobre todo Hermione, era una de sus mayores rivales en la escuela y yo... En fin, si que tenía una idea distinta de Hermione a la que tenía mi padre.
—Y ha encajado perfectamente, ya lo podemos ver— admití, Hermione había sido catalogada la mejor bruja de la última década y probablemente en un futuro siempre fuese recordada.
—Ya pero como ahora se ha divorciado y su apellido vuelve a ser una muggle querrá resaltar más, no bajar de rango, ya me entiendes— fruncí el ceño ante las palabras de Anne.
—No, no te entiendo, creo que Hermione ya ha demostrado al mundo mágico suficiente, su apellido con los años a dejado de ser muggle te lo aseguro– mi tono salió algo molesto —Por algo está aquí, todo el mundo tiene sus metas, ¿No?— Anne asintió.
—Creo que sería magnífico este vestido, pero la nieve está alta y hace frío, aunque nada que unas mallas de lana no puedan arreglar— puntualizó Anne sacando de el armario un vestido de algodón color celeste.
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<3
Se que la historia se está desarrollando un poco lenta pero dadme tiempo, es necesario algo de trama jsjsjsjs
