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Léa Malfoy
Volví a tocar la puerta por segunda vez.
Intenté oír sus tacones resonar por dentro de la habitación, alguna voz, pero nada, nadie me abría la puerta.
Toqué con mis puños de nuevo, dando unos golpes más fuertes.
Segundos más tarde nadie me abrió.
Me crucé de brazos y esperé, había visto como se había ido algo apurada del bar, así que supuse que le había surgido algo.
Esta noche tenía pensado pasar la noche con los chicos de Slytherin, Brandon había aprovechado la visita a Hogsmeade para hacerse con algo de alcohol y queríamos pasar una buena noche y yo por estar aquí ya me estaba perdiendo parte de ello.
Miré en reloj, marcando las ocho y quarto de la noche, el toque de queda era a las nueve, no me quedaba mucho tiempo.
Sabía que no estaba ahí dentro, debía marcharme, volver con mis amigos y beber, olvidarme de Hermione y de su estúpida autoestima y seguridad que la hacia ver increíble, olvidarme de con qué dominio le había hablado a Noder y eso había revolucionado mi interior, debía olvidarme de ella, aunque eso llevaba diciendo días.
Como una estúpida me dejé resbalar en el suelo, sentándome en él y apoyando mi cabeza en la pared, dejando los minutos pasar, mientras que mis amigos disfrutaban y Hermione no venía.
[;]
Escuché el sonido de unos tacones a lo lejos.
Se escucharon al lado mía y la rapidez de los tacones fue disminuyendo cuando ella terminó delante de mí, solo podía ver sus piernas ya que yo tenía mi cabeza ligeramente agachada con mi mirada en las manos, jugando con mis pulseras, realmente estaba molesta.
—Llegas muy tarde— eran las nueve y media, llevaba una hora y quarto esperando con el culo pegado al frío suelo.
—Lo siento, yo...– su voz sonó débil.
—No te molestes, solo estoy aquí porque me interesan mis notas, ¿Qué problema hay?— mi voz sonó más dura de lo que yo esperaba.
Me puse de pie y la miré de brazos cruzados.
—Mejor entremos— dijo sacando las llaves.
—Lo repito, no te molestes, solo dime el maldito problema que tienes ahora– me pasé las manos por la cabeza— Joder, habla —me di cuenta de el tono de mis palabras y de ellas en sí.
Jamás pensé hablar con un profesor de esta manera y mucho menos con Hermione.
Más que enfadada, estaba dolida.
—No había ninguno, tus tareas están bien— murmuró separándose de la puerta.
—¿Cómo?— mi voz salió baja.
—Era una excusa, quería verte— admitió, alzó su mano para tocarme, pero me alejé riendo de forma irónica.
—¿Se puede saber de qué mierda vas?— Hermione tragó grueso y después volvió a sacar las llaves.
—Hablemos dentro.
—Oh claro, que ni Merlín te vea hablando con Léa Malfoy— dije en un tono elevado mirando hacia otro lado incrédula.
—Joder saber que no se trata de eso— negó con la cabeza y abrió la puerta.
—¿Y entonces de qué de trata? ¿De qué te rías todo el tiempo de mi, de eso Hermione?– apreté la mandíbula —No soy tu puto juguete— puntualizé en un tono bajo.
Cerró los ojos en un momento y tiró de mi hasta meterme en su despacho.
—¿Quién te crees que eres? –fui a salir por la puerta cuando la cerró con llave— Abre la puerta —exigí, pero ella se quitó su chaqueta y la dejó a un lado mientras guardaba las llaves en su bolsillo.
—Vamos a hablar— se sentó en su sofá, en el mismo que durmió la noche que yo dormí en su cama.
En esa noche que desató tantos problemas y por la que ahora estábamos así.
—¿De qué? ¿De cómo te ríes de mí? ¿De como te burlas, me dices que quieres verme por mis tareas, me estropeas los planes, me dejas jodidamente tirada y después vienes con el cuento de qué solo era una excusa para verme cuando ni siquiera te has presentado? ¿De eso vamos a hablar?— sentí el nudo en mi garganta, miré hacia otro lado solo para que ella no pudiera apreciar mi rostro.
Por un momento vi que su mirada se hundía en preocupación pero ya había apartado la vista.
—Lo siento tanto, de verdad Léa– dijo mi nombre de forma suave, se puso de pie y caminó hacia mi— Me surgió una reunión y ha durado más de lo previsto –quiso tocarme pero retrocedió —No eres ningún juego, eso es lo último que eres para mi— levantó su mirada y pude ver un destello en sus ojos, lo ignoré de forma costosa mirando hacia otro lado.
—No quiero ninguna más de tus explicaciones, no soy nada tuyo, simplemente tu alumna— las palabras fueron crudas y aunque las había dicho yo, dolieron.
Quiso hablar pero su misma voz se quebró.
—Yo...– negó con la cabeza y cerró la boca, el nudo en mi garganta se hizo más grande y empecé a notar mis ojos escocer.
No por Dios, no podía volver a llorar por alguien más, no podía sentir de nuevo aquella debilidad.
—Siento que esto tenga que ser tan difícil, pero Léa– levantó mi mirada subiendo mi barbilla, sus ojos conectaron con los míos y se que pudo verme rota. —No puedo evitarlo y te juro por Merlín que lo he intentado—
Una lágrima resbaló por mi mejilla, negué con la cabeza intentando que sus palabras no tuvieran efecto en mi, pero hacía un tiempo que todo de ella tenía efecto sobre mis sentimientos.
Pasó su mano por mi mejilla, secando la lágrima.
—Tú misma dijiste que esto no estaba bien, tú me alejaste— le recordé con rabia, intentando no llorar.
Sonrió de forma irónica y puso sus manos en mis mejillas.
—Y no hay día que no me arrepiento de hacerlo, por muy poco correcto que sea esto, te quiero junto a mí— agachó la cabeza cuando terminó de hablar, dándose cuenta de sus palabras.
No dije nada, tampoco quería hacerlo.
Levantó su mirada y pude ver una sonrisa triste al no haber respuesta por mi parte, fue a quitar sus manos y a alejarse cuando lo hice.
Volví a besar a mi profesora.
Volví a besar a Hermione Granger.
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Tenía la necesidad de volver a daros doble actualización ya que quería daros este capítulo donde ya la trama se empieza a desarrollar 😌
Los quiero <3
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ᴍᴇʟɪꜰʟᴜᴏ~ ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ (+18)
Фанфик(NOVELA ACTIVA) El final de la estudiante de honor académico en Hogwarts, Hermione Jean Granger, dio un giro inesperado cuando abandona el ministerio a sus treinta y seis años y se presenta como profesora en el colegio Hogwarts de magia y hechicería...