El final de la estudiante de honor académico en Hogwarts, Hermione Jean Granger, dio un giro inesperado cuando abandona el ministerio a sus treinta y seis años y se presenta como profesora en el colegio Hogwarts de magia y hechicería.
Años después H...
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Léa Malfoy ~
—Debes terminar tu jodido juego de entrar a mi mente, Neit— le tomé de la muñeca y lo giré. Él tenía su rostro serio, pero de repente una sonrisa ladina relució sus dientes blancos.
—Tenías los escudos bajados, Malfoy...— me cuestionó.
Negué con la cabeza —No tienes ningún derecho, estén como estén mis escudos.
—¿Con quién hablabas?— se acercó lentamente, quedando a escasos centímetros de mi.
—Eso no te importa— no entendía su actitud, Neit realmente podía ser un jodido dolor de cabeza.
Había ido detrás de él tras la clase solo para aclarar aquello, pero desde hace unos días había caído en que Neit tenía algo que no terminaba de entender, algo que me inquietaba y estaba tomando más distancia aún.
Le gustaba intentar atraparte con aquellos ojos verdes, con esa oscuridad... Le gustaba envolver a la gente y conmigo quería hacer lo mismo, pero digamos que soy muy mía, es decir lo que pienso es lo que pienso y no vas a intentar cambiar mi forma de pensar para que yo haga lo que tú quieras. En definitiva, Neit era un manipulador que se divertía jugando con la gente, aprovechando su bello rostro, pero no tenías que ser muy inteligente para saber que ese chico no traía nada bueno.
—Léa, Léa...– murmuró negando con la cabeza, sin perder la sonrisa— Conmigo no utilices esa imagen de Malfoy fría... No sirve de nada.
Le di un leve empujón cuando intentó hacer esa mierda de arriconarme.
—No me conoces en absoluto así que deja de hacerte el listo, Neit– le dije entre dientes —No vuelvas a comportarte así conmigo, porque nos llevaremos muy mal.
Escuché que se rio por la bajo incluso dijo algo, pero yo ya me había marchado y había dejado de escucharlo.
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—¿Todo bien?— preguntó Anne, estábamos encaminadas a una de nuestras asignaturas optativas, cuidado de Criaturas Mágicas.
Scorpius se burló de mi cuando vio que la había tomado al principio y papá no dijo nada, aunque probablemente no la gustase.
—Claro, ¿Porqué?.
—Te noto alterada después de haber hablado con él guapetón ese...– se quedó pensando.
—Neit.
—Ese –sonrió divertida —¿Porqué te irrita tanto?
—Es que no sabes lo insufrible que es con el aire ese de superioridad y de creerse que lo sabe y lo controla todo— rodé los ojos.
—Bueno, se nota que le gusta hacerse el creído ante ti— giré mi cabeza lentamente hacia ella.
