El traidor ✔️

⚡️ El dispositivo robado ⚡️

El tren se sacude cuando las vías del tren chocan con algo, sin embargo, no se detiene. Me agarro de uno de los drones y me acuclillo. Escucho las voces de los guardias, así que me incorporo y busco puntos de apoyo para brincar hacia el techo. Piso dos drones y me cuelgo de la ventanilla. Me impulso y salgo, al mismo tiempo que los guardias entran.

Me acuesto boca arriba en el techo aguantando la respiración. Espero y espero, pero no pasa nada. Me levanto y corro hacia el último vagón, luego bajo y me lanzo hacia el suelo golpeándome los codos y las rodillas. Resbalo por la tierra y me golpeo la espalda con una roca gigante, en la que luego me escondo. Descanso por unos minutos hasta que el dolor del golpe se va disipando.

Camino con cuidado hasta mi moto y regreso a mi departamento.

¿Qué es lo que está planeando El Diablo? ¿Atacar a Los Oscuros? No. Ni siquiera son un grupo de rebeldes fuertes. Con todo el ejército que tiene El Diablo, fácil acabarían con ellos. Entonces... ¿para qué está haciendo un ejército de drones?

Decido encender mi intercomunicador y al instante recibo una llamada de Elthon.

—¡Tarah! —dice con urgencia—. ¿Dónde has estado? ¿Estás bien?

—Sí, estoy bien —le respondo.

—Te busqué en la fiesta y no te encontré.

—Regresé a mi departamento. Quise estar sola.

Se hace un silencio.

—Entiendo —susurra. Se aclara la garganta y vuelve hablar—. Tengo noticias.

—¿Cuáles?

—La primera es que, el circuito que practicamos, sí será el de la final del campeonato —hace una pausa—. Y la segunda, es que Rafael ya despertó.

OOO

Dejo mal estacionada mi moto y bajo apresurada.

Subo por el ascensor hasta llegar al departamento de Elthon. Él me está esperando en la puerta. Tiene un semblante serio.

—¿Dónde está? —le pregunto.

—En mi habitación.

Paso de largo y cruzo la sala dando grandes zancadas. El aire tiene un olor a medicamentos y cigarrillos. Antes de llegar a la habitación, escucho la voz de Rafael y la de Ovax.

Me detengo en el umbral de la puerta, pero no tengo tiempo de escuchar conversaciones ajenas, Lo que quiero es saber qué pasó con Colin.

Al pensar en él, el pulso se me acelera. Tengo cierto miedo de lo que pueda contarme Rafael porque no sé si estoy preparada para escuchar cómo mataron a mi hermano. No me había puesto a pensar en esto, lo único que quería era saber quién fue y así vengarme y llevarlo a la justicia, pero ahora que estoy a pocos metros de su compañero, las dudas estallan en mi cabeza envenenándome de miedo.

Al entrar, veo a Rafael ponerse una sudadera que tal vez, Elthon le ha prestado. Levanta la cara y me ve. Primero su mirada parece perdida y confundida, luego recuerdo por qué me mira así. Este es el último lugar donde pensaría encontrarme.

—Hola, Rafael —digo.

Ovax se vuelve para mirarme.

Rafael frunce el ceño, luego sus ojos se cristalizan. Me reconoce. Se queda callado por unos segundos, hasta que al fin habla.

—Tarah —susurra.

Le doy una sonrisa por inercia.

Ovax sale en silencio y cierra la puerta para darnos privacidad.