⚡️ El antídoto ⚡️

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Los minutos se me hacen horas, las calles más largas y crepusculares. Tengo la impresión de que en cualquier momento un puñado de mafiosos saldrán de la oscuridad y se abalanzarán sobre nosotros y nos quitarán a Rafael, así que ando pendiente de cada cosa que pueda moverse.

Creo que Elthon se ha dado cuenta de mi comportamiento, pero no dice nada. Supongo que, de alguna forma, eso ayuda a que estemos más precavidos.

Luego de un largo camino, al fin llegamos a su departamento. Ovax está esperándonos. Está sentado en un sillón revisando una tableta. Viste de gris y zapatos oscuros. Cuando nos ve llegar, se levanta.

—¿Qué tiene? —Le pregunta a Elthon.

—Le inyectaron El Suero Neón —contesta.

El hombre mayor asiente y se voltea. Nos conduce a un cuarto que no había visto la primera vez que Elthon me trajo. Las paredes son de cristal y en una esquina superior hay una cámara y en la otra un dispositivo rectangular del tamaño de un celular. Ovax nos pide que metamos a Rafael. Elthon y yo pasamos un brazo de Rafael por encima de nuestros hombros para apoyarlo, y lo llevamos adentro del cuarto hasta una silla de madera que está en el centro. Lo sentamos y salimos.

Ovax cierra la puerta y nos mira.

—Esos desgraciados siguen usando El Suero Neón a su antojo.

—¿Y no lo puedes curar? —le pregunto.

—Nosotros, no. Pero hecho el veneno, hecho el antídoto. El Diablo es quien resguarda el antídoto de El Suero Neón.

—¿Eso quiere decir que...?

—Sí —dice con calma. Se lleva las manos para atrás como si estuviera pensando en algún plan.

Miro a Elthon y él espera tranquilo las indicaciones de Ovax. Supongo que es una especie de mentor que lo ha ayudado y guiado desde que mataron a sus padres. Cuando mi mira, asiente.

—El Diablo vive en La Cúpula, que es el edificio más grande y seguro de Los Sótanos. en el piso cinco, está el área científica donde fabrican El Suero Neón y el Antídoto SN. Será muy difícil que puedan robarlo.

—¿Ellos mantuvieron la misma estructura de La Cúpula como mi padre lo tenía, cierto? —le pregunta Elthon.

Ovax piensa un poco.

—Según los informes y vídeos de nuestros infiltrados, sí.

—Yo conozco ese lugar como la palma de mi mano. Nací y crecí ahí.

—Es peligroso. Al mínimo error, mueren —concluye Ovax. Sus palabras duras están acompañadas de uno mirada gélida.

Veo movimiento detrás de Ovax. Al levantar la mirada, noto que Rafael está despertando. Se agarra la cabeza y mira a su alrededor. Sus ojos siguen rojo neón. Se levanta y cuando me ve, emprende una carrera frenética hacia donde estoy, pero el vidrio lo para en seco. Cae al suelo, aturdido. Se levanta y lo intenta otra vez. Empieza a golpear el vidrio como una máquina letal. Se va a romper los nudillos si sigue haciéndolo con esa ferocidad.

—¡Rafael, tranquilo! —le grito.

—Es en vano. No es él —dice Ovax.

Le hace un gesto con la cabeza a Elthon, y él va a un panel que tiene al lado del cuarto de cristal y activa un botón rojo. Del dispositivo rectangular empieza a salir gas.

—¿Qué es eso? —pregunto.

—Es un sedante. Si no lo ponemos a dormir se romperá los huesos de la mano de tanto golpear el vidrio —dice Elthon.

Me acerco y toco el vidrio. Una ligera cortina blanquecina empieza a llenar el cuadrado. Rafael trastabilla y cae de espaldas al suelo. Intenta levantarse, pero sus piernas se doblan como si estuvieran hechas de goma, luego se desploma por completo y pierde el conocimiento. El gas deja de salir.

Me vuelvo hacia mis acompañantes.

—Voy a ir por el antídoto —comento.

Ovax frunce el ceño hacia a Elthon.

—Es muy peligroso. Si te capturan, todo se irá a la borda —dice el hombre mayor.

—Él es la única persona que sabe quién mató a mi hermano. Necesito ir.

—No puedes tomar decisiones a la ligera. Tenemos un trato.

—Si no me dejan ir, el trato se acaba ahora —digo tajante.

Ovax se acerca a Elthon.

—Talentosa, pero rebelde. Sabía que nos iba a traer muchos problemas —le susurra, pero logro escucharlo.

—¿Y desde cuando nosotros somos obedientes o seguimos las reglas? —comenta Elthon con una sonrisa de decepción.

Ovax suspira.

—¿Entonces? —pregunto y doy un paso hacia adelante.

—Yo te voy a acompañar —dice Elthon—. Vamos en nuestras motos.

 Vamos en nuestras motos

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El traidor ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora