Saben de ti.
La voz de Malcom hace eco en mi cabeza de rincón a rincón. No pienso en mí cuando me lo dice, sino que se me viene a la mente Gavin.
Él es como mi segundo hermano y me ha ayudado en todo, incluso estos días ha dejado su vida en New York y ha venido conmigo sin dudarlo. Tal vez ya sepan de él. No. Me empiezan a palpitar las sienes.
—¿Cómo lo saben? —le pregunto en un susurro.
—Ellos saben todo lo que pasa en este lugar. Son los dioses aquí.
—No he visto cámaras en ningún lado.
—Ellos tienen ojos en todos lados. Sin embargo, no hacen tan bien las cosas que digamos porque aún no saben quién te está ayudando. Tampoco que yo estoy aquí contigo ahora. Supongo que esos dioses son más humanos que dioses.
Se mofa y me da el arma. La tomo con cuidado.
Cada vez que veo armas o motocicletas me invade una sensación abrumadora de recuerdos donde aparece mi hermano. Él fue quien me enseñó a utilizarlas ambas cosas y aunque nuestros padres nunca estuvieron de acuerdo, él se las ingeniaba para siempre salirse con la suya.
—¿Saben de mi amigo?
Él frunce el ceño como si hubiese preguntado algo distinto.
—Pensé que me ibas a preguntar por ti no por tu amigo. Tú rompes con los patrones de personalidad que conozco —sonríe.
—Él es importante para mí —comento. Hago una pausa y lo miro—. No quiero que le pase nada por mi culpa.
Malcom ahora se pone serio.
—Entonces, considera irte de acá. Si no te importa mucho tu vida, al menos hazlo por la vida de tu amigo.
Por instinto veo hacia atrás, como si los recuerdos de Colin estuvieran ahí esperándome como cuchillos filosos a punto de lastimarme. No puedo irme, pero puedo hacer que Gavin regrese arriba, sin embargo, pienso en lo que me dijo aquella vez que le di una bofetada. Uno cuida a las personas que quiere. Sé que no me dejará, pero saber que su vida corre peligro me preocupa.
De pronto, tres motos se acercan a lo lejos.
—Corre —me dice—. Sube a la torre.
Sin dudarlo, trepo hasta lo más alto antes que las motos lleguen, mientras Malcom esconde nuestras motos en la oscuridad y algunos escombros. Luego, trepa rápido hasta que me da el alcance. Una vez arriba, guardamos silencio.
Las motos merodean el espacio por varios minutos hasta que se detienen cerca a la torre. El del traje violeta neón se lleva la mano al casco y activa una llamada.
—Los hemos perdido —dice.
Espera y espera hasta que cuelga.
—¿Qué dijo? —dice el otro conductor de traje plomo neón.
—Lo de siempre —responde—. Bueno, quiere que vayamos al departamento de la chica.
Aceleran y se pierden en la oscuridad de la noche.
Se me erizan los vellos de la nuca. Gavin.
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El traidor ✔️
Ciencia Ficción[Primer libro de la bilogía "El traidor"] Mataron a su hermano, ahora buscará venganza. ••• Las Américas, lo que antes era Estados Unidos, se ha convertido en la potencia mundial después de someter a varios países y proclamarlos como suyos. Tarah, c...