El traidor ✔️

⚡️Los Japoneses⚡️

¿Cómo sabe mi nombre? ¿Por qué me ayudó?

Salgo del trance y me pongo en marcha.

Me arrastro hasta la otra puerta e intento abrirla, pero en ese instante, escucho voces afuera y siento que abren la puerta por donde entré. Lo primero que hago es meterme entre los drones y sentarme, de tal forma que me hago un ovillo para que la oscuridad me oculte, luego, entrecierro los ojos y escucho con atención.

Si me descubren, estoy muerta, pero si no, tengo que llevar toda la información posible.

La puerta se abre y el primero en entrar es el soldado que me ayudó. Escanea con la mirada el lugar para ver si logré esconderme, al notar que es así, se hace a un lado para que los demás pasen. Ovax entra y mira todos los drones. Detrás de él, tres militares japoneses se colocan a su lado. Sus uniformes son de un verde oscuro, y  tienen una boina del mismo color en la cabeza. Llevan un cinturón marrón, botas negras, varias condecoraciones e insignias en el pecho, parches en los hombros y un bordado de la bandera de Japón al lado de las insignias.

Frunzo el ceño.

¿Qué hacen militares japoneses en Estados Unidos, sobre todo aquí en Los Sótanos?

Después de lo que sucedió en la segunda guerra mundial, Estados Unidos y Japón tuvieron una relación diplomática y tensa, a tal punto, que en el 2025 Estados Unidos puso más restricciones para que los japoneses puedan ingresar al país, sea por el motivo que sea. A respuesta de esto, Japón canceló grandes negocios de exportaciones de Estados Unidos alegando que dichos productos no cumplían con los estándares de calidad; estándares que ellos cambiaron en respuesta a las restricciones que pusieron los americanos.

Estados Unidos llevó el caso a la ONU, debido a las pérdidas millonarias que tenía, como consecuencia de las restricciones que ellos pusieron (pérdidas en el turismo) y en las cancelaciones de Japón (pérdida en negocios). En 2027 la ONU fue el intermediario y ayudó a que ambos países vuelvan a trabajar juntos en pro a la paz y el bienestar social, pero desde esa fecha, Estados Unidos siempre ha estado compitiendo con Japón por su poderío en todos los ámbitos.

Es por eso que se me hace extraño que militares japoneses estén conversando con americanos como si fueran amigos de muchos años.

—Y, ¿qué opinan? —les pregunta Ovax.

El japonés que está a cargo (lo sé por los cordones dorados) camina hacia el centro del vagón y da una mirada panorámica. Su mirada es calmada y refleja aprobación.

Otro militar se acerca y le dice algo en japonés.

Él asiente.

—Su tecnología fue la base para esto —la voz de Elthon viene desde el otro lado.

Miro con el rabillo del ojo. Está en el umbral de la puerta como si nada hubiera pasado. Solo tiene una leve capa de polvo en el traje oscuro. Huyó con facilidad del desprendimiento de rocas y volvió para custodiar a Ovax.

Parece que entiende a la perfección el japonés, pues era de suponerse, de esa forma se comunican y evitan que los japoneses intenten engañarlos de lo que sea que estén haciendo.

El militar japonés lo mira y le sonríe.

—Ustedes lograron mejorarla —dice en un castellano arrastrado y pausado.

—Tuvimos un buen financiamiento —contesta.

—Sabía que había personas que querían recuperar aquello que nunca debieron perder.

Recuperar aquello que nunca debieron perder. ¿A qué se refiere?

Ovax da un paso adelante.

—Así es—dice, mientras les sonríe—. Los Revolucionarios piensan que recuperando Japón, Estados Unidos sería la potencia mundial a la que nadie podría enfrentar. Eso traería la expansión de Estados Unidos en Asia. Tendríamos nuevos territorios, riquezas, poderío militar, pero sobre todo, mano de obra barata.