Capítulo 10.

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<<Cuando las expectativas de uno se reducen a cero, uno aprecia realmente todo lo que tiene>>.

{Stephen Hawking}.

LALISA MANOBAL.

Levantarme un día por la mañana y odiar esa mañana, era normal. Ahora, levantarme un día por la mañana, tener que odiar esa mañana, tener que escuchar los gritos de mi madre, levantarme aburrida por odiar la mañana y los gritos de mi madre, y para el colmo, tener que odiar la mañana, los gritos y el odio de que odio las mañanas.

—¿Por qué no se calla? —hablé para mí misma.

—Ya te digo, Jeon Jungkook, el hijo mayor de los Jeon pasará por aquí, espero tengas la decencia de comportarte —discutió.

—Me comporto —dije casi entre dientes—. Con la gente que me quiero comportar. Pero con gente.

Me puse de pie y llevé el plato a la cocina y lo dejé sobre la encimera. Tenía que ir a la academia, y sinceramente no sabía como le haría para salir de esta; mi hermano no se encontraba por lo tanto, no me podía ayudar. Rosé salió con su madre a hacerse un chequeó al médico, mi única salvación podría ser Minnie pero... no tengo su número. Mierda. Salí de la cocina para encontrarme a Jungkook en la sala, conversando muy animadamente con mi madre.

—Oh, mira a mi hija aquí —mi madre me tomó de la mano y prácticamente me empujó a tener que socializar con él.

Di mi mejor sonrisa <<falsa>> al chico de pelo rubio. Este era guapo, lo dije la otra noche y lo repito ahora, tenía peculiaridad, ahora, que mi madre me lo quiera meter por los ojos, le quita todo el encanto de la otra noche. Tomé un largo suspiro, esperando cualquier cosa de mi madre; hasta que me quieras casar con Jungkook.

—Hola —dijo apocado.

—Hola, ¿Cómo estás? —quería irme, pero ya, no quería durar ni un segundo mas en aquella tortura.

Jungkook me sonrió. El chico era informal, llevaba solo una camiseta de rayas azules y blancas con unos pantalones vaqueros y unos zapatos sencillos. El peinado de la otra noche no seguía igual, ahora estaba despeinado. Para ser sincera, este se ve de los chicos tranquilos y carismáticos. Pero no para casarse. Nadie es bueno para casarse.

—Muy bien, es todo un gusto poder verte de nuevo, Lisa —el chico me mostró una sonrisa auténtica.

—Yo me voy, ustedes se pueden quedar conversando todo lo que quiera. ¿Lisa?

La miré, —¿Sí, madre?

—Has tu mejor esfuerzo —vale, rebajándome delante de las personas, yupi.

Jungkook separó un poco sus labios, pero no dijo nada lo cual para mis adentros, agradecí. Le hice un ademán hacia el mueble y este asintió, se sentó y empezamos a conversar de cosas triviales. Yo por otro lado, veía las horas cada medio segundo y es que se me estaba haciendo tarde. Mierda.

—¿Pa-pasa algo? —balbuceó.

Quizá y me sirvas para escapar de esta.

—Es que, tengo que salir pero seguro mi madre no me dejará —dije, compungida.

—Yo... ¿a dónde quieres ir?

El chico no era tímido en sí, pero tenía un lado suave por lo que podía ver. Así que yo me aprovecharé de ese lado.

—Es un secreto.

—Va, pero si te molesta me voy y...

—Oh, no, mi madre me mataría y eso es de muy mala educación.

Strawberries And Cigarettes. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora