Capítulo 26.

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<<No sé si soy extremadamente sensible o la vida es insoportable>>.

{Vincent Van Gogh}.

LALISA MANOBAL.

—Estábamos pensando en poner mesas redondas sí, pero con manteles aparte de blancos, azules —decía la madre de Jungkook con un tono optimista.

—Si, yo estaba pensando en lo mismo, incluso podemos agregarles esas hermosas flores en el centro —mi madre era otra que estaba mentida en el ajo.

Yo tenía la cabeza metida en mi plato de comida, que en este momento no sabría decir si la comida estaba fría o caliente. No había probado bocado desde que la hora de la reunión había llegado y tampoco sentía mi estómago gruñir como muchas de las veces. Mi madre y la de Jungkook no dejaban de hablar de mi boda como si fuese las de ellas. Mi madre era la que mas entusiasmo repartía. Jungkook a mi lado tampoco había dicho nada; y no sé si era por no llevarla la contraria a su madre o porque le importaba muy poco el matrimonio.

Odiaba la manera en la que se sentía con el derecho de exigirme casarme y encima de eso, tener el valor de escoger las cosas para lo que sería mi boda y es que, ¿para que querían una boda? ¿Para unir bienes? ¿Para negocios? no lo veía necesario. No veía nada de lo que estaban haciendo útil, solo harían que sus hijos sufrieran y la pasaran peor de lo que ya estaban. Porque no sé lo que piense Jungkook, pero por mi cabeza están pasando las mil y un maneras de escapar de aquel embrollo.

—Ay, sí, mi hija está muy feliz de que esta boda se haga, es más, ella opina que sería bueno hacerla en tres meses —dejé de mover el tenedor sobre mi comida y subí la mirada—. Aunque yo le dije que si tan emocionada está, debería ser en menos.

—No me molestaría. Lisa es una niña tan hermosa, no quiero que se la vayan a robar a Jungkook, lo veo un poco lento —susurró lo último en modo de broma para que no escucháramos pero sí lo hicimos.

—Madre, basta, dejen de hablar de nuestra boda como si no estuviéramos presentes —el tono de voz de Jungkook de tornó brusco, recibiendo una mirada reprochante por parte de su madre.

—A Lisa no le importa, incluso, se siente feliz.

—No, señora Jeon, no me siento feliz por una boda que ni estoy planeando —me paré de la mesa, llamando la atención de los demás presentes que parecían fantasmas.

—Prim —mi padre por fin hizo notar su presencia—. Deja de la boda por un rato, la atosigas.

Mi madre le dio una mala mirada a mi padre pero este ni se inmutó, en vez de eso, le devolvió la mirada con la misma intensidad.

—Solo trato de que tu... nuestra hija sea una niña de bien, no te metas, Otter —volteó a mirarme a mí—. Y deja de comportarte como una niña malcriada y siéntate.

—No, no me siento, no quiero estar mas en esta cena, así que me voy —tiré el pañuelo a la mesa.

—¡No seas malcriada, niña! —entrecerré los ojos a su dirección.

—Debería darte pena y vergüenza de que obligarás a tu hija a casarse, debería repugnarte tu maldita forma de actuar —ladré—. Estoy cansada, me retiro de la mesa.

Strawberries And Cigarettes. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora