Capítulo 23.

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<<Los monstruos más temibles son los que se esconden en nuestras almas>>.

{Edgar Allan Poe}.

LALISA MANOBAN.

—¿Entendiste algo de la última clase? —preguntó Rosé a mí lado.

—Sí, ¿tú no? —esta nego mientras guardaba su cuaderno en su mochila—. Ya te explico luego.

—¿Qué ha sido de ti esta última semana? —nos sentamos en la mesa que esta vacía—. Te veo mejor, me dijiste por mensaje que te estaba yendo mejor que antes.

—Sin duda —inflé mis mejillas—. Jungkook me está ayudando mucho.

—Mmh... Jungkook —soltó con un tono de voz jocoso.

Levanté mi dedo índice en modo de advertencia, —No, no lo digas y no empieces; es un buen amigo, pero no puedo verlo como algo mas; obvio, mi madre me quiere casar, pero sólo eso.

—¿Y a quien sí puedes ver como algo mas? —me empujó en broma—. Ya sé que esa respuesta tiene nombre y apellido.

Sonreí, —No te creas. No veo como algo más a nadie, si es en ella que piensas, déjame y te digo que tengo días de no saber nada de aquella mujer.

Rosé saca una manzada y le da un mordisco, —Debe de estar follándose a uno por ahí.

Levanté la cabeza muy rápido. Sí, debe de estar con alguien, ella bien me dijo que no le guarda fidelidad a ninguna persona, no fueron exactamente sus palabras, pero eso fue lo que me quiso decir. Y yo no soy nadie para reclamarle, no somos nada, y esa tarde que pasé con ella, por mas linda que haya sido, no fue mas que eso: una tarde. Que seguro para ella no significó nada.

—Tierra llamando a Lisa, ¿qué te pasa? —Rosé frunció el ceño a mi dirección.

Me aclaré la garganta, —Nada, nada.

—Ay, aja —hizo un mohín.

—Es que ella y yo pasamos una tarde juntas, ya sabes, como parejas pero no siendo parejas —junto mis dedos como explicación.

Sus ojos se abrieron como platos, —¿Te desvirgaron?

—¿¡Qué!? ¡No! —grité, llamando la atención de varias personas—. Déjate de decir esas cosas —hablé ahora en voz baja.

—Bueno, es que fue lo que me diste a entender.

—El que tiene hambre en pan piensa —musité.

—Cuida tus palabras, y dime, ¿qué pasó esa tarde?

Suspiré, —Ella fue a la Academia, se apareció y dijo que quería ir a tomar un café conmgio. ¿Puedes creer que me esperó hasta la hora de salida? y no solo eso, sino que también aceptó ir conmigo a dar una vuelta por todo el parque.

Rosé se cubrió la boca, ahogando un grito, —Le gustas.

—¿Qué? ¿oye, tú estás bien? ¿Cómo yo le voy a gustar a una mujer así? ella una vez me dijo que una mujer como ella no anda con una niña sin experiencia como yo —me encogí de un solo hombro mientras recordaba sus palabras y lo ofendida que me sentí aquel día—. Es una mujer incapaz de querer a alguien.

—No digas eso, idiota —Rosé me miró mal—. Nadie es incapaz de querer a alguien y estas hablando mal de tu futura esposa.

Reí, —¿De dónde sacas tantas películas?

—Soy buena prediciendo el futuro, ¿ya se besaron?

—Creo que prefiere besar a una cucharacha antes que a mí, con decirte que quedamos de vernos al día siguiente y la mujer nunca apareció.

Strawberries And Cigarettes. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora