Capítulo 40.

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<<Porque en los ojos correctos, siempre serás arte>>.

{Jairo Guerrero}.

LALISA MANOBAL.

—Tengo miedo —dijo cerrando sus ojos.

Estábamos parqueadas a las afueras de mí casa, luego de tantos días fuera de esta, sentí necesario el volver, aunque no quisiera. Yo también tenía miedo, también quería salir corriendo pero le tenía que dar fuerzas, y yo tenía que coger de esa misma fuerza para mí. Besé el dorso de su mano.

—Eres valiente, lo vas a lograr y no estoy aquí para pedir aprobación de nadie, estoy aquí porque quiero enseñarles el pedazo de mujer que me gasto. Así que saldremos y mostraremos al mundo que tú y yo juntas sí podemos.

Llamé a Rosé y le pedí que por favor juntara a todos, sí, también a Jungkook; porque era necesario aclarar todo. Por mas difícil que fuera la situación para algunos, yo me sentía a gusto con lo que estaba decidiendo y es que después de todo era mi vida y era lo suficientemente madura para saber lo que quería y quiero. Tomé el aire suficiente y bajé. Jennie se posó a mi lado y ambas nos tomamos de la mano. Nos miramos en una sonrisa agradable y empezamos a caminar, definivamente era una mujer que se veía empoderada en esos tacones rojos, era muy diferente a mí en esos ámbitos.

—¿Lista, Nini?

—¿Tú estás lista?

—He esperado por este día hace cincuenta y ocho años —rió junto a mí, y sin más rodeos, toqué el timbre de mi casa.

No pasó ni un segundo para cuando mi hermano abrió, pareció salirse el alma de su cuerpo, no me abrazó, aunque hizo el intento de hacerlo, pareció pensárselo y no lo hizo. Sino que se pasó a un lado y me hizo un ademán para que entrada. Le hizo un gesto a Jennie con la cabeza a modo de saludo. Estábamos tomadas de la mano, y eso impresionó a mi padre y a Jungkook los cuales nos miraban preocupados... o me miraban a mí preocupados y a Jennie con extrañeza y curiosidad.

—Hija —musitó mi padre, y en un reflejo, corrió a abrazarme. Jennie buscó soltar mi mano pero yo no se lo permití. Mi padre se fue alejando de a poco. Rosé se cruzó de brazos con una media sonrisa; ella sabía como se quedarían todos al momento de yo decirles que Jennie era mi novia. Di un paso atrás, no quería que él lo volviera a hacer, no por lo menos hasta que hablásemos.

—Lisa, dios... pensábamos que te había sucedido algo, nos preocupamos mucho —Jungkook no perdió el tiempo y se acercó y ahí sí que Jennie se soltó y no pude agarrarla con fuerza. No hice sino corresponder el abrazo—. Me hiciste mucha falta, hice miles de llamadas a tu celular —su tono preocupado no pasó desapercibido y me sentí mal por él, era el único que no se merecía esto—. ¿Estás bien?

—Estoy bien, Jungkook, gracias por preocuparte por mí —miré a mi padre y a mi hermano—. Necesito hablar con todos, hasta contigo Jungkook.

—Sí, habláremos, tenemos cosas que comunicarte —ese fue mi padre.

—Estás más linda —me elogió mi hermano con una sonrisa tensa—. Te sentó bien los días afuera.

—Sí, en realidad me siento mucho mejor, gracias —siempre cortes pero distante, no ponía sonrisas ni apartaba mi semblante serio. Y mi hermano y padre sabían que nada en mí habían cambiado y que para ganarse mi perdón tienen que hacer más que pedir perdón—. ¿Podemos acabar con esto?

—Eh... —y todos miraron a Jennie, esta mujer en vez de asustarse, los asustó a ellos. Sonreí hacia ella, pero cuando miré al frente, los miré mal a todos—. ¿Ella...?

Strawberries And Cigarettes. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora