Capítulo 17.

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<<No me voy a disculpar por ser quien soy, y no es orgullo, es amor propio. Y me llevó toda una vida aprenderlo>>.

{Elena Poe}.

JENNIE KIM.

—Estúpida, estúpida, estúpida y mil veces estúpida —me reñí a mí misma por la estupidez que fui capaz de cometer—. Llevas un mes alejada de ella, y porque te pican los talones de los pies vas y te le apareces así. Así de informal, así de corriente, así de feliz, así... pidiéndole por favor, ¡Eres imbécil, Jennie!

—Hoy no ha sido tu mejor día —habló Kai, subiéndose el pantalón—. Y eso que acabamos de tener sexo.

—Mi cabeza está vuelta un lío —lo miró por el espejo, su piel estaba broceada. Kai es un hombre guapo... pero nada más, llego al orgasmo pero no al climax, siento pero no mucho mas que una oleada al momento, no grito, no gimo alto, solo... placer insuficiente—. Ya te puedes ir, Kai —me amarré la bata de baño.

—Dijiste que hoy podíamos hablar, tienes que cumplir con tu palabra, Jennie —reitera. No dudé en echarme agua en la cara para aclarar mis ideas.

Era increíble como acababa de tener sexo con un buen hombre, fuera y dentro de la cama y no sentí... nada, maldita sea, mi cabeza se encontraba con aquella niña tonta. la ayudé a limpiar ese lugar, me rebajé ante ella, le pedí perdón y para finalizar la beso. Fue en la mejilla pero con ese simpe toque, sentí mi cuerpo encenderse y no puedo. Me niego a sentir.

—Hoy no, Kai —me tomó del brazo para que lo mirara.

—¿Y cuándo, Jennie? me estoy rompiendo la cabeza pensando en como complacerte, en como hacerte entender que me gustas.

Me zafo de su agarre.

—Tú solo eres mi juguete, Kai. No quiero más, entiéndelo, lo que hizo tu padre...

—¡Y una mierda con mi padre! yo no tengo nada que ver en sus malditos problemas —elevó los brazos, irritado—. Te estoy pidiendo una oportunidad, no mas de ahí, ni siquiera te pido que te cases conmigo.

Me pasé la punta de la lengua por mi labio inferior. Aceptar en mi vida a un hombre como Kai sería lo mismo que amarrarme a una piedra, no podría obstaculizar mi libertad; me quedé apoyada de espaldas al lavamanos. Kai se quedó esperando mi respuesta, impaciente. Mi mente no pudo no recordar las escenas de ayer y como Lisa y yo estuvimos tan cerca, en como su rico olor a fresas parecía estar persiguiéndome, porque aun lejos de ella, lo seguía sintiendo.

—¿Entonces? ¿No me darás una respuesta?

—Deja de ser impaciente, no sé, no me encuentro bien para tener una relación ahora.

Quería, pero no lo quería porque me apetecía estar con él, sino porque a mi cabeza llegó las palabras de Lisa; el como su madre quiere que se case, el como seguro ya tiene un pretendiente que la corteje, en como un hombro tocara su piel, en como ella será con él dentro de la cama, el como lo tratará cuando llegue de su trabajo, en como le dirá que lo ama cuando seguro no lo sienta. No se veía feliz con la idea del matrimonio. De tan solo pensar el como no cumplirá sus sueños por la maldita de su madre que no me hace falta conocerla para saber lo mala que es.

—Nunca estas preparada, ¿cuándo será el día que lo estés?

—¡Basta, Kai! —le iba a gritar que es otra persona la que está en mi cabeza, pero era tonto. Era tonto porqué ni siquiera había profundizado tanto con Lisa, y la niña seguía en mí—. No quiero.

Kai se estrujo la cara entre sus manos. No le gustaban mis respuestas y a mí no me gustaba que él me agobiara; me sentía prisionera y no es justo. No es justo que de tantos hombres que han pasado por mi vida, con los que he tenido relaciones sexuales, con los que he hablado y tenido citas. Venga una niña con la cual no he entrado en una conversación profunda, no he tenido movimiento de algo sexual... no es justo, porque con ella no he tenido nada y la siento tan colada entre mi corazón y piel, cuando solo rozamos pieles y pocas son las veces en las que ella me toma del brazo para detenerme.

Strawberries And Cigarettes. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora