Extra-Jenlisa.

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NARRADOR OMNISCIENTE.

Un año después.

—¿Qué me quieres decir? adelante, soy todo oídos —la miraba seria, no tenía expresión su rostro.

—No me mires así.

—¿Cómo quieres que te mire? ya habla, Ella. Tengo que hacer algunas cosas —la apresuró.

—Sabes que hay cosas que son normales, y que en algún momento terminan pasando, con el tiempo es obvio. No puedes...

—Al punto, Ella.

—Perdí la virginidad —soltó de golpe, toda la habitación se quedó en un Muy incómodo silencio.

—¿Con quién? —preguntó Lisa.

Se le podía ver bien calmada pero por dentro no lo estaba.

—No te diré, es algo normal, Mamá. Ni modo que me quede así para...

—Vuelvo y pregunto, ¿con quién, Ella Manoban?

—No te diré, vas y le haces algo. No, Mamá —se negó.

—No le haré nada, confía en mí, y dime quien.

—¿Segura?

—Segura.

—¿En serio?

—En serio.

—¿Me lo prometes?

—Te lo prometo.

Ella tomó el valor, —Con Erick, mi novio.

—Perfecto. ¿Dónde está el bate? —se paró de golpe, pero Ella la detuvo.

—Dijiste que no harías nada, Mamá.

—Y no haré nada, tendré un diálogo, nada más.

—¿Con un bate?

—¿A poco tú nunca has tenido un diálogo con un bate?

—Cálmate, es algo que iba a pasar, ya, aparte no estoy tan chiquita, mami, tienes que decir algo.

Jennie se encontraba todavía muda; tenía mucho que procesar, en sus tiempos de antes hubiera roto todo, por el hecho de que a su niña le habían arrebatado algo que para ella ya no es tan relevante. Pero ahora mismo, sólo podía quedarse en silencio y ver como reaccionaba Lisa

—¿Y tú me ves cara de que me importa? así tengas treinta. Ahora dime donde está el jodido bate, hablaré con ese Erick.

—Tampoco es para tanto, iba a pasar algún día. Ven, no vayas a hacer nada.

—¿Cuándo fue eso?

—Bueno...

—Por lo menos dime en que casa, en cual de las dos.

—Aquí —dijo muy bajito.

—¿Perdón? —dijo, estirando la R.

Ella se lo pensó si valía la pena decirselo de nuevo. Se cuestionó todo, hasta su existencia.

—Aquí, Mamá. Pero no fue en tu cama —cállate, Ella, no lo jodas más. Se dijo a sí misma.

—No te lo puedo creer —tomó aire—. Está bien, no me mortificaré. Esto iba a pasar... sigo creyendo que el bate es una buena idea.

—¡Mamá!

—¿Te cuidaste? —preguntó Jennie—. Ella, por favor dime que te cuidaste —repitió al ver la cara de su hija.

—Sí, obvio —dijo con sinceridad—. Fuimos cuidadosos —habló con algo de pena.

Estarle diciendo esto a sus madres era algo incomodo. Pero ante todo, les tenía confianza.

Strawberries And Cigarettes. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora