Capítulo 29.

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<<Miedo de mí. Cada vez que pienso en mí dejo de reír, de cantar, de contar. Como si hubiera pasado un cortejo fúnebre>>.

{Alejandra Pizarnik}.

JENNIE KIM.

13 Años atrás.

Era un día de esos en los que yo disfrutaba, disfrutaba del sol, de mi casa y de la comida casera que solía hacerme mi padre; y es que hoy era mi cumpleaños número dieciséis, consideré este el mejor día de mi vida, aunque mi madre no estaba por viajes de negocios, lo hacía casi siempre con sus amigas y papá y yo entendíamos eso, yo estaba triste pero su llamada por la mañana me había subido ese animo un poco y el que mi padre hoy este aquí conmigo, lo hacía aun mas perfecto.

—Me gusta esta carne —dije, poniéndome a su lado—. Y me gusta que estés conmigo en este día.

Se puso en cuclillas ya que aunque tenía dieciséis, él era mas alto que yo, y yo no era tan alta. Pasó su mano, tiernamente por mi cabello y yo le sonreí.

—Me gusta pasarla contigo, cada vez que puedo lo hago, pero hoy definitivamente quiero que sea tu día —dejó un beso en mi frente, como de costumbre—. Y hoy te tengo muchos regalos los cuales abriremos más tarde, ¿gustas cocinar conmigo? te va a gustar, y cuando seas grande podrás hacértelo a ti.

—¿Y no tendré esposo? —pregunté con inocencia.

Sonrió mostrando dulzura, —Si es por mí, nunca te casas —me tomó de la mano, no sin antes mover la carne—. Ven, vamos a sentarnos, cariño —nos sentamos en un mueble de bambú que había en la parte trasera de mi casa, justo donde estaba la parrilla—. Siéntate aquí.

Me senté a su lado y esperé que él me dijera lo que quería. Papá siempre había sido una base de confianza, me había mantenido lejos de las peleas de él y mamá y muy pocas veces cedía a los caprichos de la familia departe de mi madre; la cual le decía que tenía que ir metiéndome en su empresa y educarme con mano dura. La familia departe de mi padre no había sobrevivido, tuvieron un accidente automovilístico, asimismo, me quedé sin abuelos departe de él. Pero él me contó que eran seres humanos nobles y que me hubieran amado con todo su ser.

Papá todas las noches se quedaba conmigo, me contaba cuentos de extraterrestres y cuidaba de mí, cuando a penas cumplí los quince, me dejó ir con mis amigas a un viaje, aunque mi madre se oponía a ello, él peleó para que fuera así. Papá cada vez que podía me demostraba lo mucho que me quería, a diferencia de mamá. Ella utilizaba la fuerza.

—No quiero que estes con alguien porque tu madre así lo quiere —tomó mi mano entre las suyas—. Eres y serás la persona más hermosa, mi sol, eres mi bebé tengas la edad que tengas. Lo eres ahora y lo serás el día de mañana. No quiero que te comprometas por obligación, quiero que sigas a tu corazón.

—Pero mamá dice...

—Al diablo con lo que diga tu madre —me regaló una sonrisa abierta—. Yo quiero que estés con alguien que te ame, no porque seas la persona más fácil de amar; sino porque aun sabiendo lo difícil que será, se quedará a intentarlo. No deseo que seas una opción, sino una prioridad.

—¿Te quedarás conmigo, papá? Prométeme que no me dejarás y que serás quien me aconseje en un futuro —me trajo hacia él y me abrazo con fuerza.

—¿Y tú lo dudas? seré quien te lleve colgando del brazo a tu altar, cariño. Y este cumpleaños no quiero que estes triste, quiero que sonrías, porque los regalos que te daré te encantarán.

Strawberries And Cigarettes. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora