Acensio (Mortem 3)

Capítulo 28 Cruzar la línea.

Ulises regresó a la habitación, dentro del edificio apenas quedaba nadie, todo se estaba desarrollando en el exterior. Como le había indicado Chris, había sangre en el almacén, docenas de bolsas, cogió todas las que pudo y las subió a la habitación, se arrodilló junto a la bañera llena del líquido espeso negro. Levantó la cabeza de Nina y le puso la bolsa de sangre delante. Esta no reaccionaba.

Abrió la bolsa con sus propios dientes y dejó que el líquido se vertiera por la boca de la joven vampira, al principio no reaccionó, pensó que era demasiado tarde, pero de pronto ella abrió los ojos como platos y comenzó a beber sin descanso. Hasta que vació la bolsa por completo.

-Respira, Nina, respira.

Ella tomó bolsa tras bolsa, recuperando el brillo en su piel, la fuerza y el color en su pelo. Miró a Ulises, podía ver la ira en sus ojos.

-Voy a puto matar a esa zorra.

Ágatha luchaba con la bruja, sacaba sus garras y le daba zarpazos en cuanto se le ponía a tiro. La bruja lanzaba hechizos que la arrastraban por el suelo metros y metros de distancia. Estaba en el suelo, y la bruja caminaba hacia ella. Ethea, la recordaba. Era una de las brujas más poderosas que existían, más antigua que nadie a pesar de su juventud imperturbable. La cogió del pelo y la arrastró por el suelo. Le puso la mano en la espalda.

-¡sine aere!-La mestiza sintió que el aire se esfumaba de sus pulmones. No podía ni moverse, aquella mujer era demasiado poderosa.-¿Creías que podrías conmigo? Ilusa

-¡Ingis!-La bola de fuego lanzó a la bruja por los aires, liberando al fin a la mestiza de su hechizo. Emily levitaba, fue descendiendo hasta poner sus pies sobre tierra firme, Olivia apareció a sus espaldas, levantó las manos y apuntó a la pira de fuego. Comenzó a absorber las llamas. Grandes lenguas de fuego entraban en su cuerpo sin ella inmutarse. Cuando la última llama desapareció se hizo el silencio. Emily se lanzó hacia los cuerpos humeantes, buscando señal de vida en alguno.

-¡¿Ese es Chris?!-Olivia señaló y Emily miró en su dirección. La mano pálida se levantaba entre la marabunta de cuerpos. La bruja se arrodilló a su lado y le sacó de entre el resto de cuerpos.

-¡Chris! ¡Chris!

El vampiro se quitó los restos de quemado que tenía encima, su ropa estaba muy chamuscada, miró en todas direcciones.

-Ali, Ali estaba aquí, conmigo, Ali.

Comenzó a apartar cuerpos quemados, uno tras otro. Olivia se lanzó a la búsqueda, Ágatha se quedó petrificada, el miedo de que su hija hubiera muerto la dejó sin aire, sin fuerzas.

La chica de largos cabellos negros sacó un cuerpo completamente chamuscado. Su amiga de fuego se inclinó sobre ella. Puso su oído en el abrasador pecho y negó. Emily puso sus manos y conjuró, pero nada la trajo de vuelta, ninguna plegaria la hacía regresar. Se miraron sin decir nada. Mientras Chris negaba con la cabeza.

-¿Qué hacéis? ¿Qué hacéis? ¡Traedla de vuelta!

Emily miró a su amiga, esta estaba concentrada en Alice. Se inclinó y tocó el cuerpo cálido.

-Em. Sujeta a Chris y a Ágatha.

-¿Oli?

-Confía en mí, necesito que sujetes a Chris y a Ágatha.

La bruja se puso en pie, levantó la mano y los cuerpos carbonizados comenzaron a moverse, eran tan rápidos que podrían haber pasado por vivos. Escalaron las paredes y sujetaron a la mestiza que gritaba horrorizada. Cientos de manos agarraron al vampiro que rugía enfurecido.

-Oli espero que sepas lo que haces

-Yo también.-Puso las manos en el pecho de su amiga.-Si la última vez volvió cuando se quemó, si ahora la vuelvo cenizas puede que-Las manos le temblaban, su amiga se giró y puso su mano también sobre el pecho.

-Yo controlaré su cuerpo, si algo sale mal te avisaré y lo detendré.

Asintieron en silencio. Olivia lloró mientras comenzaba a quemar el cuerpo de su amiga, el calor era casi insoportable, Emily tuvo que apartarse al final porque le empezaba a quemar. Miró la situación con el corazón en un puño, escuchaba los gritos de Chris y Ágatha a sus espaldas, pero no podía soltarles, si interferían en el proceso podría no haber vuelta atrás. Olivia lloró al final, cuando sintió la ceniza sobre sus dedos.