Acensio (Mortem 3)

Capítulo 20 Aliados.

Cuando Olivia y Sammy llegaron al castillo pasaron dos cosas, los lobos entraron en furia y el rey proclamó el estado de alarma. ¿Qué significaba todo esto? Pues que se abría la veda para atacar el instituto y sacar a todos los alumnos de allí. Era una situación que todos se temían desde la primera pelea con las brujas siglos atrás. Lo que nadie esperaba es que el consejo empezara por el instituto, les parecía que era caer muy bajo y la verdad es que tenían razón. Olivia se levantó de la cama y se vistió en silencio, escuchaba el movimiento a su alrededor. Llamaron a la puerta y Sammy entró.

-¿Qué haces?

-¿No es obvio? Vestirme.

-¿Por qué? ¿A dónde vas?

Ella le miró.

-No intentes detenerme Sammy, esta batalla es también la mía.

El asintió. Le habían dado una armadura que la cubriría en la zona del pecho, normalmente los hechizos más peligrosos iban dirigidos ahí, por eso la armadura estaba protegida con conjuros muy fuertes. Se le había entregado una a cada miembro del castillo, no solo por si les acompañaban en el viaje, sino para que estuvieran protegidos. Sammy se acercó y ató las cinchas a su espalda. El pelo había sido cortado a la altura de los hombros, ella se giró y le miró. Era hermosa aún con sus cicatrices y las quemaduras.

-No pensaba detenerte, pero deja que te acompañe, necesito saber que estás bien.

Juntaron sus frentes y ella asintió.

Fuera todos esperaban con ansias la aparición del rey y la reina, ambos salieron por la puerta con sus ropas negras de guerra y armaduras en el pecho. Todos sabían que aquella batalla era más peligrosa por el simple hecho de que sus hijos estaban por medio. Ágatha se apretó las muñequeras de cuero, tenían simbología indígena que aumentaría sus poderes en caso de necesitarlo. Pasó junto a su majestad, estaba nervioso y preocupado.

-Aggy ¿crees que podremos sacarlos a todos?

Ella le miró y sonrió.

-Marcus, conozco a mi hija, mi miedo no es que podamos sacarlos a todos, mi miedo es que quede alguien vivo contra quien pelear cuando lleguemos.