Capítulo 50 No, no quiero que me vean contigo.

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El brujo corrió escaleras abajo, buscando a su novio, no lo había visto desde la noche pasada y eso era raro, porque habían quedado para dormir juntos en su cuarto, ahora que tenía una habitación individual. Pero no había ni rastro del joven lobo. Lo había ido a buscar a su cuarto, pero no había nadie.

Bajó al comedor y lo vio sentado, tan fresco, con otros licántropos charlando. Se acercó furibundo.

-¡Max! ¡Max!

El licántropo se giró serio.

-¿Qué es ese griterío? ¿Qué quieres?

-¿Cómo que qué quiero? Me dejaste plantado ayer a la noche.

El licántropo se puso en pie y apartó a Theo de la mesa cogiéndolo por un brazo.

-¿De qué hablas?

-De ayer dijiste que dormirías conmigo M.

Max negó con la cabeza mientras se reía.

-Mira, Theo, está claro que te hay que explicar las cosas, pensé que te habrías dado cuenta tu solo.-Comenzó a hablar pausadamente.-Mira, está muy bien que nos lo pasemos bien en discreción, pero ahora, estamos en segundo, ya hay que hacer las cosas de otra manera. No podemos estar jugando a las casitas.

-¿Pero de qué hablas? ¿Qué estás diciendo? ¿qué?

-Nos lo pasamos muy bien -le dio un codazo.- tu ya me entiendes, pero no más, tengo que mantener una reputación y la verdad es que dentro de poco toca lo de buscar pareja y todo eso y no me entiendas mal, eres un cielo, pero no creo que me puedas dar hijos ni con magia. Lo siento Theo.

El brujo le escuchaba pero no le entendía, le miraba pero no podía verle. ¿Estaba hablando en serio? Aquello era lo más absurdo que había escuchado en su vida, ¿a qué venía esa actitud de pronto? No era lógico.

-Max ¿estás bien? ¿te has golpeado con algo? Mira si esto es una broma no tiene gracia

-Mira, te lo voy a decir claro, para que lo entiendas de una vez

-No te acerques más a mí, ni a mi familia, me repugna que piensen que me acuesto contigo, si quieres seguir viéndonos esporádicamente genial, pero sino puerta, no me voy a meter en problemas por un brujo cualquiera.-Theo caminaba dando círculos por la habitación, Olivia y yo intentábamos entender qué decía o de quien hablaba, porque la verdad es que sonaba a todo menos a-Max. Fue Max quien me lo dijo, no sé, -se rió- igual tendría que haberle golpeado con una silla o algo.

-Theo, cálmate, ¿estás seguro de que no lo has soñado? Es que no puede ser que de ayer a hoy haya pasado eso, si acabamos de empezar el curso, estabais bien hace nada.

Acensio (Mortem 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora