Acensio (Mortem 3)

Capítulo 84 Ardiente.

Guardé de nuevo el móvil en mi bolso, pero vi por el rabillo del ojo una sombra. Me giré y miré en esa dirección.

-¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

No hubo respuesta, sin darme cuenta mientras hablaba por teléfono me había alejado bastante de la zona de los bares, me sentía inquieta, porque allí no había mucha gente. Miré un par de veces a mi alrededor. Tenía que volver antes de que los demás se preocuparan. Abrí Whatsapp y envié un mensaje breve.

Vuelvo ahora, que estaba hablando con mi madre y me alejé caminando, no os preocupéis.

Lo envié por el grupo, así que di por sentado que alguien me leería en algún momento.

Max, Isi y Oli hablaban mientras Sammy, Erik, Theo y Em estaban en la pista de baile. La noche estaba yendo genial. Max encendió la pantalla y miró el mensaje. Avisó al resto que dijo que no había problema. Olivia se empezó a sentir inquieta, Sammy regresó a su lado.

-¿Todo bien amor?

-Sí, es solo que tengo una sensación rara. No sé.

-Seguro que es porque no estás acostumbrada a los bares ¿quieres que salgamos un poco?

-Sí, necesito tomar aire.-Se pusieron en pie.-Volvemos ahora.

Ismael asintió y vio cómo se iban.

-No pensé que fueran a durar tanto.-Comentó Max.-Se le veía tan inocente al chaval

-Mira que siempre piensas mal

Se encogió de hombros.

-Es todo por la influencia de Theo.

-Ya

Theo y Emily bailaban en la pista.

-¿Supiste algo más del resto? Hace siglos que no veo ni a Maya, ni a Elías, por no hablar de Elisabeth.

-Están en modo diplomático, al ser de la realeza es bastante difícil salir de fiesta.

-Cierto

-¿Tomamos otra ronda?

-Sí claro.

Se besaban apasionadamente, rodeados de desconocidos, pero eso no importaba. Sammy pasó la mano por su espalda hasta su cintura. Cada año le parecía más hermosa, más bella que el anterior. Su bruja, su musa, su salvadora. No podía quitar de la cabeza la primera vez que la vio, aquella noche en el laboratorio, él había perdido el control y ella estaba intentando encadenarle. ¿Ahora? Ahora se perdía entre su cabello largo y blanco como la nieve. La atrajo más a él, tenía la urgencia de notar su piel cálida.