Capítulo 67 Guerra de sangre.

3 0 0
                                    

Entraron en masa al edificio, Emily estaba en el medio, haciendo que todos se juntaran a su alrededor. Vio a su alrededor cientos de vampiros y hombres lobo fuera de sí. Gruñendo, bramando, enloquecidos por la sangre y el olor. Los lobos se movían por el fuerte olor a feromonas de Olivia, que estaba subida a las gradas. Ella saltaba de una a otra, evitando que alguno llegara a tocarla, cuando estaban demasiado cerca corría hacia otro lado.

-¡¿Están todos?!

-¡Eso parece!

La vi correr por el patio en dirección al enorme edificio de concreto. Volé hacia la misma dirección, parando en el tejado a dos aguas. Abrí la claraboya y miré al interior, allí estaban todos. Theo intentaba distraer a los lobos que corrían hacia Emily, mientras esta saltaba de un lado a otro. Olivia saltaba entre las enormes masas peludas, parecía una bailarina. Levantó la mano y me hizo la señal. La enloquecida vampira entró como un vendaval al pabellón. Gruñó y todos se giraron hacia ella, hipnotizados.

-¡¿Qué intentáis hacer?! ¡No podréis jamás conmigo! ¡Nadie puede!

Olivia se rió.

-¿Quieres probar?

Theo hizo que el muro de concreto se moviera y tapiara la puerta principal, ahora todos estaban allí encerrados. Entré y las grandes planchas plásticas del techo se convirtieron en el cristal más duro y resistente. Me apoyé en la canasta de baloncesto más alta y miré a la enloquecida chupasangres.

-Hola, Eleonnor.

-¡Monstruo! ¡Eres una bestia! ¡Te destruiré!

-¿Por qué? Si yo apenas hice nada

Me puse en el centro de la masa, que se abrió paso ante mi presencia en vez de atacarme.

-No conseguirás que te hagan caso, nadie puede deshacerse de mi olor, todos me han saboreado. -La miré sin comprender.-Todos y cada uno de los aquí presentes han bebido de mi propia sangre.

Y ahí caí en la cuenta de qué tan lejos había llevado su plan, no solo no se había limitado a usar sus feromonas exageradas, sino que había mezclado su propia sangre con bebidas y comidas en el comedor. Por lo que todos estaban envenenados tanto por el olor como por la sangre.

Emily me miró, preocupada.

-¿Ahora qué hacemos?

Había creído que con mis hormonas mezcladas, habría sido suficiente, pero si aún encima había sangre con feromonas ahora sí que me veía sin salida. Actuaban como si solo existiera ella, como si fuera un dios al que adorar y venerar. Theo corrió hacia mí.

-¿Ahora qué hacemos? El plan de usar tus hormonas se acaba de ir al garete.

Era cierto, todo lo que teníamos en mente se había ido a la porra, no solo no podía competir contra sus hormonas, sinó que aún encima tendría que conseguir sangre suficiente para neutralizar la suya. Sentí el golpe en el tejado y vi a Erik mirándome desde la claraboya. Estaba entre la espada y la pared. Miré a mis amigos.

-¡Si no quieres empezar tú, empezaré yo!

La vampira sonrió y alzó la mano, los lobos y los vampiros comenzaron a moverse en horda. Corrí hacia mis amigos, reuniéndonos en el centro. Erik cayó a plomo, llevándose por delante a muchos de la manda.

-¡Ali! ¡Las runas!

Pasé mi mano por su pecho, diciendo los conjuros lo más rápido que pude. Olivia salió corriendo y lanzó una gigantesca bola de fuego desde su pecho. La columna de llamas hizo que retrocedieran, pero eso no los detendría para siempre. Emily corrió hacia las llamas, la bruja de fuego le abrió camino separando la columna en dos. La joven de cabellos negros puso su mano en el suelo y el pelo se le enraizó mientras comenzó a conjurar. Cientos de manos cadavéricas comenzaron a sujetar los tobillos y patas de los allí reunidos. Gruñidos y gritos comenzaron a sonar por todas partes. La ola de fuego fue haciéndose más pequeña.

-¡No creo que pueda mantenerlos así por mucho tiempo.

-¡Ilusos!-Gritó la vampira.-¡Si creéis que con retenerlos bastará, estáis muy equivocados!

Se abalanzó sobre la joven mestiza pero me interpuse. Cogí a Eleonnor y la levanté a varios metros de altura, para luego lanzarla contra las gradas. Su cuerpo golpeó el duro metal, pero ella rápidamente se puso en pie. Me fulminó con la mirada.

-¡Protegedme! ¡Os lo ordeno!

Acensio (Mortem 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora