Capítulo 4

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Larisa

Un mes después (Día de la celebración quinquenal)

Hoy es el día, hoy los demás Alfas sabrán de mí y de mi puesto en la manada. Soplo la taza que tengo en las manos mientras veo por la ventana como los sirvientes y rangos menores se hacen cargo de la decoración para la celebración. Se decidió que se llevaría a cabo en el centro de la manada donde ese enorme y estorboso árbol esta, árbol que todos aman porque la anterior Luna lo sembró o algo así me conto la cocinera muy emocionada cuando un día pregunte acerca de porque no lo talaban.

Aún era muy temprano, todos despertaron muy temprano hoy y para cuando yo lo hice me lleve la sorpresa de ver ese espantoso árbol atiborrado de flores; mas de las comunes, supongo que fue hoy hace tres meses cuando todo ocurrió.

Cuando el consejo se enteró de la noticia fue un caos, el líder mando sus falsas condolencias a la manada y fui testigo de las lágrimas de un alto rango. Grayson. ¿Cómo podía llorar por alguien que solo vio una vez? Menuda idiotez, no entendía cuál era la maravilla de ella ¿Por qué era tan amada? ¿Qué la hacía tan especial? Evidentemente no su fuerza porque de ser así otra historia seria —pensé.

Me di la vuelta cuando alguien toco la puerta, deje la taza en una mesita que estaba a un lado del armario y fui a abrir.

—Buen día Srita. Larisa —vi con la ceja alzada a ¿Mara? ¿Yara? Algo así era su nombre—...Luna. —le sonreí, así es como deben llamarme— Le traigo su vestido para la celebración...

Pego un brinco en mi lugar y se lo arrebato de las manos —Gracias Mara, retírate ahora —cierro la puerta pero la abro a los dos segundos—. Requiero servidumbre que me ayuden a prepararme para la celebración. A las 6:00 pm está bien, diles que sean puntuales.

—Si señorita —dice antes de retirarse.

Di vueltas con el vestido en manos y sin querer tire la taza al suelo haciéndola añicos — Diosa que desastre...—me agache a levantar los restos de la porcelana y vi con el ceño fruncido como el té que contenía corría en dirección al armario. Lo abrí curiosa y me lleve una sorpresa al ver como desaparecía en la esquina de esta ¿Qué hay ahí debajo?

Con ayuda de un poco de fuerza bruta pude quitar la tabla de su lugar y me encontré con varios frascos con hierbas, textos y un diario. E.B. ponía en letras doradas en una esquina del diario ¿E.B quien es esa persona? Curiosee un poco todos los papeles, algunos tenían recetas supongo, no podía entender nada de lo que estaba escrito porque estaba en un idioma diferente. Hice todo bola y lo metí al bote de basura ¿Qué basurero tenían aquí? Un frasco resbalo de entre la pila de basura así que lo deje ahí tirado en lo que iba a deshacerme de toda la demás. Cuando volví y lo tome en mis manos pude leer lo que tenía escrito Té para el Alfa junto a las cantidades para prepararlo ¿Qué quiere decir con eso?

Lo deje sobre la mesita de noche y me apresure a tomar una ducha para ir a trabajar al edificio líder.

Derek

—Buen día Alfa Haugen —saludo Larisa cuando entro a la oficina, levante la mirada y la vi posarse en su escritorio, devolví la mirada al documento sin saludarla—, traje té ¿Le gustaría beber un poco?

Lo pensé un poco, me vendría bien para relajarme —Si, porque no —di la vuelta a mi silla mientras ella lo servía y vi por el ventanal como miembros de la manada dejaban flores entre las raíces del gran árbol, todas en nombre y memoria de mi Luna.

Ay Luna mía, si supieras cuanto te echo de menos. Cuanto nos hace falta tu luz aquí, cuanto me haces falta a mi...

Lleve la mano al collar en mi cuello y acaricie los eslabones de la cadena que ella me obsequio y que por nada del mundo quitaría de mi cuello.

Él es mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora