Derek
Admire el cielo a través de la ventana de mi oficina. Hundirme en el trabajo era lo único que podía hacer justo ahora. Distraía mi mente lo más que me era posible porque si no lo hacia la imagen de ella cayendo me atormentaba, sus ojos viendo a los míos rogando por mi ayuda. Sus dedos rozando los míos, un roce que recordaría toda mi maldita vida.
El gran árbol rebosaba flores en sus raíces, todas ellas en memoria de ella...
Había dejado una herida enorme, a las manadas, a los miembros de la nuestra que aquel día esperaban con ansias nuestro regreso. Lo recuerdo bien, en aquel momento en el que atravesamos la barrera y vimos la multitud de gente esperando verla. La garganta me dolía y tenía el corazón destrozado.
Bajamos de las camionetas todos con la mirada gacha, no se necesitó decir una sola palabra, nuestro silencio y dolor hablaron por nosotros. No hubo persona que no derramara lágrimas, ella se había ganado el cariño de todos y como no si ella daba la vida por ellos.
No hay día en el que no se le recuerde y extrañe, no hay día en el que no me reproche a mí mismo no haberla protegido como se debe.
—Alfa —habla Tyler del otro lado de la puerta.
Doy la orden para que entre y así lo hace.
—¿Qué necesitas? —pregunto seco y él se hace a un lado dejando que vea una figura femenina, vestida con un traje formal.
—Buen día Alfa Derek —da un paso en mi dirección, alzo la mano para que se detenga y así lo hace.
—Alfa Haugen para ti —la corrijo borde— ¿Quién eres? ¿Y qué haces en mi manada?
Estrecha su mano en mi dirección y la miro con el ceño fruncido —Larisa Dubois —baja la mano al ver que no tengo intención de dársela—, vengo de parte del consejo. Le hemos enviado varias notificaciones acerca de mi venida...
Volteo al bote de basura que está lleno de basura del consejo —Si no recibieron alguna respuesta de mi parte es porque evidentemente no quiero al consejo detrás de mí.
Serví un vaso de Whisky y lo bebí de un trago —¿Por qué la dejaste pasar? —me dirigí a Tyler.
—No quería irse —se excusa él.
—Gracias Delta yo puedo dar las explicaciones —le hablo ella mientras avanzaba y tomaba asiento frente a mí—, ya puedes retirarte.
Fruncí el ceño por sus palabras —Las ordenes en este lugar las doy yo estirada —le aclaro molesto—, aquí somos más que los rangos que poseemos ¿Oíste?
Ella traga grueso y asiente, le doy la orden y Tyler se marcha dejándome con ella.
—Como ya mencione vengo de parte del consejo —saca un sobre y me lo entrega—, lo envía mi superior...
Lo tomo en mis manos y lo lanzo a la basura —No quiero mierdas del consejo aquí —me sirvo otro trago.
Ella suspira —Vine bajo la orden de mi superior...en calidad de Luna sustituta —abrí los ojos horrorizado y casi me ahogo con lo que bebía.
Estrelle el vaso en la mesa haciéndolo añicos — No. —le corto con voz áspera y firme.
—Entiendo el conflicto que te causa...—comienza y quita de su saco un pedazo de cristal que la cayo—, las probabilidades de que uno de los nuestros encuentre su alma gemela ha disminuido mucho, cada vez son menos quienes son afortunados. Es por eso que el consejo creo este programa al que pertenezco, crecemos bajo la enseñanza de servir a un Alfa. Es a lo que dedicamos nuestra vida, somos entrenadas para eso...