Capítulo 19

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Promesa de bruja. Cuando o quien fue responsable de su creación es algo que se desconoce, pero lo que se tiene claro es que es inquebrantable. Había que tener cuidado decía mi madre porque cuando una bruja levanta índice y medio señalando al cielo no solo promete, la bruja sentencia.

— ¿Qué ocurre aquí...? —el susurro de Rubí había sido claro en mi oído, abrí los ojos y la vi muy cerca de mí. Exhale y de un chasquido apague mi círculo de velas.

—Es Derek, llevamos días sin hablar —ella levanto las cejas, sorprendida—. La llegada de Larisa partió las aguas y sinceramente me parece tan insípida que no pienso estar reprendiéndola a cada minuto. Se quiere meter entre nosotros, que lo haga, mientras no quiera hacerlo conmigo porque renací con poca paciencia —no sabía si esas palabras habían salido por la molestia del momento o si realmente eran verdad.

— ¿El consejo es más fuerte que su lazo? —tense la mandíbula, me quede quieta dándole la espalda. Rubí me conocía tan bien que sabía porque lado darme.

—No —solté con seguridad guardando la última vela en una bolsa que llevaba—, pero que nos una un lazo no quiere decir que no podamos estar separados. Además, no es el lazo lo que me hace sentir así, es mi maldito orgullo herido el que provoca esto —sentí mis ojos brillar, pero los cerré hasta que volvieron a su color original—. Verla pasearse, alardeando poder y transmitiendo su falsa amabilidad con la gente me enerva, sus intentos patéticos de ganarse a la gente...—gruñí sin finalizar mis palabras.

Ella apretó los labios para después proceder a darme la charla del siglo, suspiró antes de decir su última frase —Entones venía a decir...—me miro y sus ojos brillaron—, un miembro de la manada del Sur me invito a salir. Tendremos una cita... —sonreí al instante, su relación con Isaac se resumía en ellos dos por lo que ni si quiera yo sabía en qué términos andaban.

—Menos mal, la pasaras bien en este nefasto día, la visita el consejo me hará hervir la sangre y la tuya ebullir, pero...—alargue la e y toque la punta de su nariz— que bueno que estarás pasándolo bien fuera de la manada con alguien del Sur. Asena dice que son más cálidos de lo que se espera.

Rubí asintió — Aryan es muy amable —sonrió sin querer—, lo conocí en una de las misiones...

—¿Aryan eh? Ya lo llamas por su nombre —le di un leve empujón para después suspirar—, Isaac ¿Lo sabe? —negó con la cabeza.

—Si quiera va a enterarse —le restó importancia—, además no nos debemos explicaciones porque no somos nada.

Desvié la mirada —No estaría tan segura...

Ella me miro interrogante —Larisa ordeno a Isaac custodiar la barrera para recibir al consejo —explique—, así que el estará ahí

—¿Justo ahora?

Asentí y mi teléfono sonó en mi bolsillo, vi la pantalla y de inmediato miré a Rubí.

—Alguien del Sur busca a una chica Calista —me lleve una mano a la frente.

—Iré a la barrera de inmediato, no hagas nada. —y colgué la llamada.

Mire a Rubí con la ceja alzada y ella se encogió de hombros —También es mi nombre, le dije ese porque temía que pasara algo así. Además, esto no será un secreto ¿Luzco linda? —cambio el tema por completo.

La mire con una sonrisa al mismo tiempo que asentía —Luces preciosa, ahora vayamos a la barrera tengo que ver al tal Aryan.

Ella sonrió y enrollo su brazo al mío para dirigirnos a la barrera. Hubo unos minutos de silencio que yo rompí.

—Creo que esta demás decirlo, pero si Aryan de pronto hace algo que no te haga sentir cómoda, si te sientes en riesgo o simplemente no quieres seguir con la cita. Llámame, iré contigo. Sé que eres fuerte y sabes defenderte, pero...

Hizo que me detuviera —Estaré bien...—hizo la señal con las manos—, promesa de bruja.

Cruce la barrera antes que ella y me tope con un Isaac cruzado de brazos con esa postura de autoridad que ahora conociéndolo mejor me parecía curiosa, incluso rara.

—Delta Aryan, insisto en que no hay ninguna Calista en la manada...—ambos se callaron al verme.

Aryan me ofreció una reverencia —Luna, es un honor conocerla —le tendí mi mano que el tomo para plantar un beso que Isaac interrumpió al instante.

Le sonreí a Aryan —Llámame Christal, no soy más Luna.

—Si, lo es, así que llámala como tal—soltó Isaac, le pegue un codazo a Isaac—, en fin, el Delta insiste en recoger a una tal Calista —dijo con horror.

—En un momento cruzara la barrera Aryan, lo mínimo que espero es que la devuelvas sana y salva a casa o tu y yo nos veremos en graves problemas, porque ella es mi...

—Ya estoy aquí —los tres dirigimos la vista hacia la barrera.

Sonreí al escuchar el sonido de asombro que soltó Aryan, se acerco a ella y la saludo caballerosamente con un beso en la mano que Isaac quiso evitar casi por instinto.

Sostuve su muñeca y susurré —Quieto —sus ojos brillaron al recibir mi orden.

Aryan la halago y ambos fuimos espectadores de como de la manera más atenta le abría la puerta y la ayudaba a entrar al auto. Me despedí de ellos con una sonrisa, aun sosteniendo la muñeca de Isaac hasta que por desaparecieron de nuestro campo de visión.

Él estaba desconcertado —¿Que...?

Lo libere de mi agarre —Si, Rubí en una cita con...

—¿Con un Delta? —lo mire con la ceja alzada.

—Estas siendo discriminatorio acaso ¿Ah?

Ignoró mi pregunta —¿Un Delta? ¿Del Sur? —se cruzo de brazos.

Se recargo en el tronco de un árbol —¿Calista? —estaba incrédulo de lo que acababa de presenciar— ¿Qué significa esto?

—Significa que la manada Central y Sur se unirán más —solté con maldad, el frunció el ceño al instante.

—No, eso no pasara —sonreí para mis adentros.

—¿Por qué? Rubí ama ir al Sur, además será bien recibida, la Luna es Asena le encantara vivir allá —bromee.

Mordí mi labio para no reír por la expresión que puso Isaac —¿Vivir en el Sur? Ella no vivirá en el Sur —tenía una expresión de fastidio—, además el Delta Aryan jamás me ha caído bien. Rubí no debería salir con él.

—¿Por qué no te agrada?

—Por su puesto que no, es porque luce como un estirado, ¿Y si no puede protegerla?

—Es un Delta

—Uno del Sur —contraataco.

Enarque la ceja —Suelta eso frente a Cora anda, la paliza que querrá darte será monumental —lo mire—, pero a mi mas bien me parece que estas como...

Volteo atento —¿Cómo que...?

—Celoso —se sonrojo levemente y rio con nervios.

—Nada de eso...

Ambos charlamos por un rato mas hasta que Jack, uno de los guardias llegó junto a nosotros.

—El Consejo ya viene. 

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