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Angie tomó un sorbo de su té y trató de calmarse. Dentro de un rato, Kay se sentará frente a ella. Y será capaz de ver el rostro del joven maestro al que tanto ansiaba ver.

Le vino a la mente la voz fresca, dulce y extrañamente suave de Kay. Su voz era el tono más encantador y agradable que jamás había escuchado de un hombre. El segundo es....

—Ese chico es.... ¿Quién es?

El segundo hombre con mejor voz era un chico llamado Martín Silva. Aunque últimamente no ha aparecido en sus sueños, de vez en cuando escuchaba su voz mientras dormía.

Sin embargo, a diferencia de cuando soñó con él por segunda vez, la voz de Martin Silva se desvanecía gradualmente, lo que hizo a Angie cuestionarse.

Ahora que lo piensa, había algo extraño. Durante el tiempo en que Martin Silva aparecía constantemente en sus sueños, Angie no había podido reunirse con Kay. Pero desde que volvió a encontrarse con Kay recientemente, Martin Silva no ha intervenido en sus sueños ni una sola vez. Y....

Cada vez que bebía té de miel en lugar de té de rosas durante dos o tres días seguidos, Martin aparecía en sus sueños. ¿Cómo puede ser?

Puede ser solo una coincidencia, pero de alguna manera era extraño.

En ese momento, el sonido de un chirrido llegó desde detrás de la puerta de cristal. Angie miró hacia atrás con una taza de té en la mano. La silueta de alguien alto y fuerte estaba frente a la puerta.

Inconscientemente, Angie dejó la taza sobre la mesa y se llevó la mano al pecho. Su corazón, envuelto en un grueso abrigo, latía espantosamente.

¿Kay?

Los hombros anchos y angulosos, y las largas extremidades se acercaron con elegancia. Angie lo supo instintivamente.

Es Kay.

La figura rodeada de ropa negra comenzó a alejarse poco a poco del lado oscuro de la luna. La sombra que había cubierto su rostro, estaba revelando lentamente su forma.

¿Cómo?

Un suspiro sin voz escapó de la boca de Angie. Sin darse cuenta, se levantó de su asiento y se puso de pie junto a la mesa.

¡De ninguna manera! ¡Este hombre....!

Angie se apresuró a cubrirse la boca con las manos. El gesto sacudió ligeramente la mesa, provocando que la taza de té que estaba en el borde, cayera estrepitosamente al suelo. La taza de té se partió por la mitad con un sonido seco y sordo.

* * *

—¡Hugh!

Martin Silva dio un salto al mismo tiempo que gritaba. Tenía el pijama empapado de sudor. Entonces, extendió la mano y encendió la lámpara de la mesita de noche.

La chica, que no había aparecido durante un tiempo, volvió a aparecer en sus sueños. Era muy madura para ser una niña, demasiado joven para ser una mujer adulta, y su rostro inocente estaba lleno de sorpresa.

En su sueño, la chica se tapó la boca con las manos, como si estuviera sorprendida por algo. Un par de ojos verdes, como los del propio Martin, temblaban con extrema agitación, como si hubiera visto algún monstruo espantoso.

Martin trató de aguantar un poco más para ver que estaba sucediendo. Pero algo fuera de su mente intentaba constantemente devolverlo a la realidad. Finalmente, fue ahuyentado por la fuerza desconocida y se despertó en contra de su voluntad.

—Esa chica. No puedo dejarlo así.

Martin se levantó de la cama de un salto. Incluso después de beber agua fría del grifo, la sed no desapareció fácilmente. Se quitó la camiseta sudada y se apoyó contra la ventana.

Dios bendiga tu destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora