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[ Según el capitán, la familia imperial no tiene una Princesa con la edad apropiada. Es algo que queda entre nosotros, pero no sería extraño que el precio de la familia imperial se redujera. Por lo que recuerdo, el Emperador no tenía descendientes hace 25 años. ]

[ Antes de la guerra, había muchos malos rumores. Recuerdo vívidamente que los adultos se reunieron con la preocupación de que el Imperio pudiera colapsar. La razón era que, después de que Su Majestad el Emperador cayera en una extraña religión, fue maldecido al realizar extraños rituales en secreto.... ]

[ No sé nada del mundo exterior, pero no importa lo que haga la familia imperial.

Tenemos al Duque de Blackwell detrás de nosotros. ]

[ Por cierto, después de la ceremonia de sucesión en la capital, el joven maestro elegirá a una noble señorita y se comprometerá, ¿no es así? Necesitarán dar a luz a un sucesor cuanto antes. Mientras los Blackwell tengan el mismo poder que la familia imperial, no es exagerado decir que el futuro del Duque es el futuro del Imperio. ]

Angie se dirigió al estante con la idea de tomar otra copa más de sidra y luego regresar a la mansión. La mención del compromiso del joven maestro siguió engullendo su mente.

* * *

—Tengo algo para ti, Angie.

Un tono bajo devolvió a Angie a la realidad, y sus ojos, en blanco por un momento, se dirigieron a la caja que Kyle sacó. Una pequeña caja de terciopelo se abrió, y en ella brillaba una joya en forma de gota.

—¿Esto es....?

—El diamante Cullinan. Está hecho de diamantes con el mismo nombre que esta isla.

Kyle cogió el broche que brillaba como una estrella y se lo colocó sobre el pecho que estaba cubierto por una capa. La posición del broche concordaba con el águila plateada estampada en el cuello del abrigo, que era el símbolo del Duque.

Angie abrió mucho los ojos y miró el broche. Era lo suficientemente pequeño como para caber en la palma de su mano, pero el brillo era tan intenso como la luz de la luna. Era muy parecida a la luz azul que emitían las luciérnagas de mar.

—Es una joya que se ha transmitido de generación en generación a las mujeres de mi familia. 'Lágrimas Sagradas', o comúnmente conocida como 'Sagrada'.

—¿A las mujeres de la familia Blackwell?

—Mi padre se lo dio a mi madre, pero desde este momento es tuyo, Angie.

—¿Pero cómo puedo aceptarlo....?

—Si no eres tú, ¿a quién más podría dárselo? No hay nadie más que tú.

—Kay....

—Quería darte un collar y un anillo. Hay otro diamante llamado 'Tiara Divina'. Sin embargo, es costumbre entregarlo durante el pacto de la ceremonia.

El corazón de Angie se agitó ante la palabra ceremonia. ¿Tal vez se trate de su propia propuesta? Sin embargo, ella no era una mujer de la nobleza, y tampoco tenía un linaje alto como el de Leticia, cuya descendencia materna era de una rama consanguínea del Duque. Solo era Angie Rizdel, que vivía en la granja de sus padres, que eran plebeyos, y a veces era llamada a la mansión como sirvienta temporal para hacer pequeños mandados.

—Kay. Yo no tengo nada que ofrecer, ¿realmente estará bien...? Usted es el Duque de Blackwell, pariente colateral de la familia imperial, pero yo....

—Ese es un estatus que fue comprado con dinero, Angie. El Duque de Blackwell había sido destruido en la Primera Guerra Continental. Durante la guerra, el sucesor del Duque, Eyre, y su segundo hijo, Spare, fueron asesinados en la batalla bajo el mando de Noblesse Oblige. Murieron familiares tanto de la línea directa como indirecta. Por eso mi abuelo, John Fitzroy, pagó una gran suma de dinero para heredar el título.

Dios bendiga tu destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora