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-Angie, no es más que un matrimonio político por necesidad. No amo a Leticia Dervan. No, no sólo a ella, sino a todas las mujeres del mundo no significan nada para mí. Como he jurado innumerables veces, tú eres mi único amor. ¡Sólo hay una chica, Angie Rizdel!

-.......

-Vamos a la capital por ahora. Te lo contaré todo cuando lleguemos a Hedestad. Todo. Sin ocultar nada.

-¿Estas diciendo que debería ir a la capital como la amante del joven maestro? Llegar con Leticia en el mismo barco y trabajar como criada en la misma mansión....

-Eso no va a pasar. Te daré otro lugar para quedarte dentro del territorio. Nunca te cruzarás con Leticia, salvo algunos sirvientes que cuidarán de ti. Nadie podrá tocarte en absoluto.

-Al final, el joven maestro lo pensó desde un inicio.... Tenía la intención de mantenerme como amante. Desde el principio, era nada más y nada menos que una amante.

-Angie.

-No me atreví a codiciar la posición de la Duquesa. Te juro que no era mi intención. Incluso el joven maestro nunca me lo ha propuesto oficialmente, ¿verdad? Sin embargo.... Nunca me hablaste del matrimonio previsto ni de la existencia de Leticia.

-Pero antes de que se anunciara el matrimonio al pueblo, te escribí una carta el último día que saliste de la mansión. Confía en mí, no importa lo que pase en el futuro. ¡Te lo explicaré todo después....!

-No entiendo de qué estás hablando. No he recibido nada. Pero sea lo que sea, no habría ninguna diferencia si lo hubiera recibido. El plan del joven maestro de casarse con Leticia y dejarme como tu amante habría sido el mismo.

Angie no le miró directamente. No sabía exactamente a qué se refería con explicar todo y contar la verdad después. Quizás había alguna historia detrás del matrimonio con Leticia. Pero no quería oírla. No quería saberlo.

-Angie, Trieste es un imperio que gira en torno a la monarquía. El capitán del continente dijo que el sistema seguía vigente incluso después de la guerra. Nada cambiará por lo menos durante unos años, sin embargo, es común que los nobles tengan concubinas.

-Entonces.... ¿quieres decir que no me van a culpar por ser una amante? Pero no lo quiero, joven maestro.

Los ojos verdes de Angie brillaron. No tuvo que levantar la voz ni sobresaltarse. Su voluntad se comunicaba claramente con solo mirarla.

-No quiero vivir como la amante de alguien, joven amo Kyle.

-Sólo quiero que te quedes conmigo.

Kyle apretó los dientes y dijo. Sus ojos eran tan intensos que parecía estar a punto de correr hacia ella en cualquier momento.

-Instalaré una mansión cerca de la finca, así que quédate allí. No te obligaré a visitarme o contactarme a menos que quieras. Sólo quiero que te quedes en el ámbito de mi poder. Para que pueda protegerte y ampararte. Por favor, hazlo Angie.

-No. Quiero quedarme aquí. Viviré mi vida con mis padres como lo he hecho hasta ahora, así que deberías ir a Hedestad y hacer lo que tienes que hacer. La ceremonia de sucesión, el compromiso y el matrimonio....

-¡Maldita sea! ¡Angie!

La mesa se volcó con un fuerte ruido. Kyle estaba frente a ella antes de que pudiera siquiera parpadear. Una mano fuerte le agarró los hombros y los apretó con fuerza.

El esbelto cuerpo de Angie se agitó de un lado a otro, incapaz de soportar la fuerza de su agarre, sus grandes ojos, que parecían estar hechos de esmeralda, se llenaron de miedo. Sin embargo, la miseria era más fuerte que el miedo.

Dios bendiga tu destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora