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—Este mes... No he tenido mi período todavía.

Lo había olvidado por completo. Llevaba casi tres semanas sin tener noticia alguna. Debió haber comenzado alrededor del día en que Leticia le hizo pasar un momento difícil en la capilla.

¿Qué pasa? Tal vez....

No, no es eso. No puede ser un embarazo. Kay nunca ha sido irresponsable antes....

Incluso si hubiera pasado, no había ninguna posibilidad. El libro que leyó en la biblioteca del pueblo al principio de su primera menstruación decía que no había ningún anticonceptivo perfecto. Sin embargo, seguía queriendo negarlo.

—No, en el libro había otras razones para dejar de menstruar. Como crisis nerviosas extremas, agotamiento mental y físico por shock mental....

Parecía que la noticia del matrimonio de Kay fue muy impactante e hiriente, lo que afectaba a su cuerpo. Era absolutamente correcto. Tenía que ser así. De lo contrario....

De repente se oyó un ruido procedente de la puerta. Angie miró hacia atrás con asombro. El pomo de la puerta que estaba cerrada por fuera, tintineó. No era el sonido de una llave abriendo, era una señal de alguien forzando la apertura. Angie, asustada y rígida, se acercó rápidamente a la puerta. Una voz familiar atravesó la pesada puerta.

—¿Hay alguien aquí?

¿Michael?

—¿Hay alguien ahí? Quizás.... Angie, ¿estás ahí?

—¡Michael!

Angie gritó inconscientemente. El pomo de la puerta volvió a sonar.

—¡Angie! ¡Te han encerrado aquí! Espera un momento. Lo voy a abrir.

—Michael, ¿cómo es que....?

—El joven maestro y el capitán fueron a ver el barco anclado en la costa este. La tormenta de anoche debe haber causado algún tipo de problema. Mientras Jerome lo seguía, dejó caer un paquete de llaves. Debe haber una llave que encaje en la cerradura de esta habitación. Espera un momento.

Durante mucho tiempo, después de que se introdujeran docenas de llaves, por fin hubo alguna que encajaba. La pesada puerta crujió al abrirse.

—¿Estás bien, Angie? ¡Hablemos después y salgamos de aquí! Te descubrirán cuando termine de amanecer.

—¡Gracias, Michael....!

Michael volvió a cerrar la puerta para ganar tiempo, e hizo que Angie se escondiera detrás de una columna del pasillo. Luego volvió a colocar el paquete de llaves en su sitio y regresó rápidamente para guiar a Angie hacia las desiertas escaleras de emergencia.

Escaparon del anexo sin ser vistos, y se escondieron en el jardín de Generalife. Angie volvió a mirar a Michael, recuperando el aliento.

—Si atraviesas el bosque hasta el acantilado, encontrarás la villa de la Costa Norte debajo de el. Mis padres seguramente están allí, así que debería ser seguro. Yo iré sola desde aquí, así que vuelve al edificio principal rápidamente. Si tienes problemas por mi culpa....

—Hoy es mi día libre, así que no pasa nada. Te llevaré a casa con seguridad.

—¡No! Cuando el joven maestro llegue a casa.... Será mejor que vaya a la costa norte primero.

Como Angie temblaba de ansiedad, Michael no preguntó más. La tomó de la mano y la condujo al bosque. Al ver que Michael iba en la dirección correcta sin dudar, parecía conocer también el camino que llevaba al acantilado.

Finalmente llegaron al acantilado. Justo antes de bajar por el atajo, Angie miró hacia la playa. Recordaba las luciérnagas marina que vió hace tres semanas junto a Kyle. ¿Cómo podría olvidar aquella noche en la que luces azules y misteriosas bailaban tranquilamente a lo largo de la costa?

Dios bendiga tu destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora