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Afortunadamente, al día siguiente tenía el rostro tan brillante y luminoso como siempre, tampoco se le cayó el pelo.

Angie recogió sus cosas para volver a casa con cierta incertidumbre. Antes de darse cuenta, el fin de semana había llegado de nuevo.

Esa noche, Angie y su madre se sentaron frente a frente en la mesa de la cena.

Su padre, Patrick, tenía algunos asuntos urgentes que atender y no volvería a casa hasta tarde en la noche. Angie dudó sobre qué decir primero, cortando los muslos de pollo asados y las patatas.

Una vez preguntó por Lucy y Natalia cuando sus padres estaban presentes. Sin embargo, ambos se mostraron desconcertados, diciendo: 'Nunca he oído hablar de esos nombres'. Así que Angie no tenía intención de volver a sacar el tema.

—Mamá, últimamente estoy pasando por cosas extrañas.

—¿Cosas extrañas? ¿A qué te refieres?

—A veces tengo sueños extraños....

Tal vez su madre sabía algo sobre Martine Silva. La idea de que el hombre llamado Martín era la clave para resolver el misterio de los recuerdos de Natalia y Lucy, cobraba certeza día tras día.

—¿Qué sueño es?

Su madre Laura frunció el ceño mientras echaba salsa sobre las patatas de su hija. No parecía tomarlo demasiado en serio.

—Madre, ¿conoces.... conoces a un hombre llamado Martín Silva? Me pregunto si fue alguien que vivió en esta isla.

—¿Martín Silva? Bueno.... Nunca he oído hablar de él.

—¿No hay nadie con un nombre similar? Es un hombre. Tiene entre 20 y 25 años.

—No conozco a nadie como él en absoluto. ¿Quién demonios es ese hombre?

—A veces aparece en mis sueños. Aparece y.... Insiste en que no debería beber té de rosas, incluso si todo el mundo suele beberlo. Solo así podré recordar quien era antes de venir a la isla.

Angie hizo una pausa por un momento. Quería ser muy franca, pero por alguna razón pensaba que no debía hacerlo.

—¿Qué?

El cuchillo de su madre se detuvo. Laura estrechó la frente y la miró fijamente.

—Dijo que tenía que salir de la isla, tal y como él lo hizo. Mamá, yo.... Realmente nací y crecí en esta isla, ¿verdad?

Sonó un clic, el cuchillo de Laura chocó contra el plato. La madre miró con ansiedad y preocupación a su hija.

—Angie, has estado hablando de algunas chicas antes.... ¿Qué clase de sueño es ese? Últimamente has estado muy rara. ¿Por qué sigues diciendo cosas extrañas para preocuparme?

—Madre.

—No, no puedes. Vendrás conmigo donde el señor Johnson mañana por la mañana. No sé si es porque estás débil o andas distraída, pero últimamente has estado muy rara. Además, no tienes buen aspecto estos días y has adelgazado mucho.

—No, madre. No iré al hospital....

Angie dejó el tenedor y el cuchillo y se limpió la boca con una servilleta.

—Nada está pasando. Es solo que.... me gustaría saber todo, madre.

Angie miró directamente a los ojos de su madre. ¿Está esto realmente relacionado con el hecho de que dejó de beber té de rosas? ¿O debe ir al hospital como dijo su madre? ¿Por qué se siente así cuando ve a su madre y su padre estos días? ¿Por qué sigue sintiéndose.... extraña?

Dios bendiga tu destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora